El sargazo, una macroalga holopelágica parda del género Sargassum, crece en las aguas oligotróficas (bajas en nutrientes) del Atlántico norte, en el Mar de los Sargazos, posiblemente durante toda la historia del mismo océano. En la última década abunda en el Atlántico norecuatorial y tropical, llegando a las costas de África, Brasil y el Caribe, incluyendo el Sistema Arrecifal Mesoamericano, formando el Gran Cinturón Atlántico del Sargazo. Esta proliferación ha generado impactos catastróficos en los ecosistemas costeros, en las economías locales y en la salud humana de la población ribereña. Para entender y predecir estas inundaciones de sargazo es necesario conocer cómo crece, se mueve y se muere.

Las corrientes superficiales, las olas y los vientos controlan el movimiento de esta macroalga. El Mar de los Sargazos está bordeado dinámicamente por varias corrientes oceánicas de gran escala, la Corriente del Golfo en el oeste, su continuación al norte por la Corriente del Atlántico Norte, la Corriente de Canarias al este y al sur por la Corriente Norecuatorial. El Gran Cinturón Atlántico del Sargazo se extiende por más de 8 mil kilómetros, iniciando enfrente de África, pasa por la región de recirculación norecuatorial y, desde allí, el sargazo transita hacia al Caribe y el Golfo de México. Comprender el papel e importancia de la circulación superficial tiene sus complicaciones que las vemos reflejadas en la dirección de propagación de los mantos de sargazo, los que muestran una importante variación interanual y estacional. Los mantos de sargazo albergan muchas especies de invertebrados, peces, aves y tortugas marinas. La acumulación de cantidades pequeñas hasta moderadas de sargazo en las playas puede beneficiar a la fauna playera, además de ayudar a la formación de la vegetación en las dunas litorales aportando nutrientes, proceso que ayuda a estabilizar las dunas costeras.La descomposición del exceso de estas algas en las costas es una fuente de problemas, generando sulfuros y amoniaco causando problemas de salud humana. El exceso de materia orgánica que se libera en las lagunas arrecifales genera un gran consumo de oxígeno que puede llevar a la asfixia de peces y pastos marinos, y pérdida de calidad del agua; estos impactos generan importantes pérdidas económicas al afectar la industria turística.

A pesar de todas las investigaciones realizadas, aun no comprendemos bien cuáles son los mecanismos físicos como temperatura, circulación, vientos y fenómenos extraordinarios como los huracanes, y biogeoquímicos como son la disponibilidad de nutrientes y su origen, que favorecen y potencian el crecimiento del sargazo y su desplazamiento en el océano.Este desconocimiento ha sido aun más evidente durante esta última década durante la que se ha producido una considerable expansión del sargazo en el Atlántico tropical. Cada vez es más urgente comprender preguntas fundamentales sobre los controles de su crecimiento, desplazamiento y mortalidad. Creemos que las especies de sargazo que conforman los enormes mantos en el océano se reproducen exclusivamente por clonación al crecer y fraccionarse, no se han encontrado estructuras de reproducción sexual.

Como todo productor primario fotosintético, el sargazo requiere luz y nutrientes para crecer. La luz no es un factor limitante en el Atlántico tropical, en contraste con el aporte de nutrientes, como nitrato y fósforo, y micronutrientes como el hierro, que en esta región del Atlántico son relativamente pobres, limitando su crecimiento. Estos nutrientes proceden de diferentes fuentes. Las más importantes, identificadas para el Gran Cinturón Atlántico de Sargazo, incluyen las zonas de surgencia de las corrientes de frontera oriental como son la región noroccidental (Corriente de Canarias) y suroccidental (corriente de Benguela) de África, la zona de afloramiento ecuatorial, hay que agregar los grandes ríos como el Congo, en África ecuatorial occidental, el Amazonas (el río más caudaloso del planeta) y el Orinoco, y las fuentes de micronutrientes atmosféricas como el polvo del Sahara.

¿Qué factores físicos y biogeoquímicos han cambiado durante la última década y ahora controlan la introducción de nutrientes en el Atlántico ecuatorial y el Caribe? ¿Cuál es la importancia relativa de cada uno de estos procesos físicos o biogeoquímicos para explicar el crecimiento del sargazo? Históricamente, las aguas del Mar de los Sargazos y del Caribe han sido consideradas como aguas oligotróficas, pobres en nutrientes. Aunque la región del Atlántico ecuatorial occidental tiene un aporte un poco mayor de nutrientes que las regiones mencionadas anteriormente, este aporte ha sido limitado y periódico; estas aguas también tienden a ser oligotróficas o mesotróficas; sin embargo, no se ha observado ningún cambio en esta región que explique la proliferación del sargazo. Durante la última década, en esta región se han observado grandes florecimientos de algas microscópicas, conocidas como fitoplancton, atribuidos a la pluma del río Amazonas, observables hasta centenas de kilómetros de la desembocadura. Las inundaciones del río Amazonas registradas durante 2011, 2012, 2014 y 2015, consecuencia de una mayor precipitación en su enorme cuenca, coinciden con el crecimiento masivo del sargazo en el Caribe.

Estos fenómenos no siempre están relacionados; en 2009 no hubo florecimiento algal mientras las concentraciones de clorofila-a en la pluma del Amazonas eran altas, mientras que durante el 2018 no se produjo una inundación importante en el Amazonas y sin embargo se observó el mayor crecimiento histórico de esta macroalga en el Atlántico nortropical. Este comportamiento durante el 2018 probablemente está indicando que existen otros orígenes de los nutrientes, tales como surgencias que aportan aguas subsuperficiales y ricas en nutrientes a la superficie. Estas surgencias se producen frente al margen oriental de África y en el Atlántico ecuatorial aportando nutrientes a las zonas donde prolifera sargazo, dependiendo de las condiciones meteorológicas y oceanográficas. Aunque no hay estudios detallados sobre este fenómeno, probablemente estas surgencias han variado con el cambio climático global.

Experimentos preliminares sugieren que el hierro es un micronutriente limitante para el fitoplancton y posiblemente también para el sargazo. El polvo del Sahara, transportado desde este desierto por la atmósfera, aporta éste y otros micronutrientes al océano Atlántico y al Mediterráneo. El polvo tiene un pequeño porcentaje de hierro soluble, considerando su volumen y las grandes regiones que cubre, este polvo probablemente constituye una importante fuente de hierro. Los huracanes también pueden explicar la distribución y abundancia del sargazo. La energía mecánica que proveen estos ciclones puede generar una mezcla vertical con aguas subsuperficiales más ricas en nutrientes favoreciendo una mayor asimilación de nutrientes. Los huracanes probablemente incrementan el hundimiento de sargazo al mar profundo, favoreciendo la exportación de carbono al océano profundo, pero también la fragmentación del sargazo, lo que potencia su crecimiento posterior. El sargazo está adaptado a vivir en aguas oligotróficas típicas de su hábitat original, el Mar de los Sargazos. Cuando estas algas pasan por un área más rica en nutrientes, pueden absorberlos rápidamente y almacenarlos en sus tejidos para usarlos posteriormente. Esta estrategia está complementada por la capacidad de la biota asociada al sargazo para reciclar la urea y el amonio que resultan de los productos de desecho en el agua por los pequeños animales asociados, y para fijar N atmosférico por las cianobacterias asociadas. Aún no se conoce la importancia de cada uno de estos procesos para el sargazo.

Estas observaciones y las múltiples preguntas aún por contestar sobre la dinámica, crecimiento y destino de esta macroalga requieren de programas de investigación internacionales que colecten datos sobre la dinámica de los florecimientos observados por imágenes satelitales, observaciones oceanográficas, meteorológicas, biogeoquímicas, biológicas y también ecológicas.

Estos, en su conjunto, podrán informar a las autoridades y usuarios en las tareas de planeación y estrategias de mitigación de estas inundaciones de sargazo en las costas del Caribe.

Juan Carlos Herguera
CICESE, Ensenada
Brigitta van Tussenbroek
Instituto de Ciencias del Mar y Limnología-UNAM, Puerto Morelos
Correo-e: herguera@cicese.mx