Edward M. Peters, Sharon Z. Herzka, Rigel Alfonso Zaragoza Álvarez, Gilberto Hernández Cárdenas y Raúl Marcó del Pont Lalli
México es un país cuyo desarrollo aún depende de la producción de hidrocarburos. La mayoría de la producción petrolera nacional se lleva a cabo en el Golfo de México, particularmente en las aguas poco profundas de la sonda de Campeche. Mientras que la extracción petrolera representa una importante fuente de ingresos para México, es también una actividad que lleva implícito el riesgo de derrames de hidrocarburos con posibles consecuencias devastadoras para los ecosistemas marinos, la salud humana y las actividades económicas que dependen de ellos, incluyendo la pesca y el turismo.
El trágico accidente de la plataforma Deepwater Horizon de British Petroleum el 20 de abril de 2010, a 70 kilómetros al sureste del delta del río Misisipi, provocó uno de los mayores derrames de petróleo de la historia. A pesar de que el gobierno de México junto con la comunidad científica, a través del Instituto Nacional de Ecología, tuvo una rápida respuesta para evaluar los impactos a ecosistemas mexicanos, el accidente reveló las deficiencias tecnológicas, los grandes vacíos de conocimiento y la falta de información, para predecir la propagación y destino de los grandes volúmenes de hidrocarburos en profundidad y en la superficie del mar. Y aun más importante: su impacto en el gran ecosistema del Golfo de México.
Esta falta de conocimiento en la industria y en la comunidad científica motivó que académicos, personal de Petróleos Mexicanos y agencias ambientales del gobierno federal en México generaran las condiciones para que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Conacyt, junto con la Secretaría de Energía, lanzaran una convocatoria de investigación ambiental para el Golfo de México a fin de implementar una red de observatorios oceanográficos, construir una línea base ambiental, desarrollar modelos de circulación oceánica y atmosférica de frontera, generar el conocimiento sobre la degradación natural de hidrocarburos y estudiar las consecuencias de derrames de hidrocarburos.
Estos objetivos se lograrían a través de la construcción de escenarios, tomando en cuenta la vulnerabilidad de las especies y los ecosistemas. Para lograr este enorme reto, bajo el liderazgo del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, Baja California (CICESE) se constituyó el Consorcio de Investigación del Golfo de México (CIGoM), agrupación que aglutina un número importante y significativo de universidades y centros públicos de investigación en todo el país (www.cigom.org).
El Atlas de línea base ambiental del Golfo de México es el más visible y uno de los principales resultados de esta iniciativa.
La obra es una representación geográfica de las características meteorológicas, de circulación, oleaje, hidrográficas, biogeoquímicas, biológicas y ecológicas de esta gran cuenca, con énfasis en la zona económica exclusiva mexicana.
Los 11 tomos que conforman este trabajo atienden la necesidad de contar con una línea base ambiental detallada y sinóptica del Golfo de México. Por su envergadura, representa la más extensa caracterización oceanográfica del país desarrollada hasta ahora, convirtiéndose en una herramienta imprescindible para la planificación y toma de decisiones.
Y ello no solo dentro del contexto de posibles derrames de hidrocarburos, sino también en términos de la conservación y aprovechamiento de las especies que habitan en el golfo; la evaluación actual de la salud de los ecosistemas; para el desarrollo de políticas públicas en respuesta a eventos extremos, como ciclones tropicales, y para la evaluación a mediano y largo plazo de los efectos del cambio climático.
Las contribuciones que se incluyen en este suplemento cubren temas muy diversos de las ciencias marinas en el área de estudio. Éstas se enfocan en compartir los principales hallazgos durante la investigación, así como señalar lo útil que resulta para la sociedad el conocimiento generado y cuáles son las perspectivas o necesidades a futuro.
En este número de La Jornada Ecológica, el lector tendrá la posibilidad de conocer los principales tesoros descubiertos durante la investigación realizada para desarrollar este extenso trabajo. Y si los lectores desean profundizar en este conocimiento, tienen la posibilidad de consultar la obra completa a través de
https://atlascigom.cicese.mx/.
Edward M. Peters, Sharon Z. Herzka, Rigel Alfonso Zaragoza Álvarez, Gilberto Hernández Cárdenas
y Raúl Marcó del Pont Lalli
CIGoM, CICESE
Correo-e: edpeters@cicese.mx
Tomado de: La Jornada Ecológica
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