Laura Carrillo, Alejandro J. Souza, Óscar Reyes Mendoza, Edgar Escalante, Miguel Ángel Gómez

Estamos en tiempos de grandes cambios, cada año se llegan a nuevos registros: temperaturas más altas, mayor número de tormentas, fríos más intensos, incremento de desarrollo e intensidad de tornados, por mencionar cambios muy evidentes en eventos atmosféricos atribuidos al cambio climático.

Los cambios en los océanos habían sido menos evidentes. Sin embargo, la respuesta de los océanos y las costas al cambio climático ya es percibida ampliamente. La variabilidad en la circulación oceánica global ya es un hecho. Como resultado hemos tenido la llegada masiva de sargazo a las costas del Caribe.

Aunque todavía se investigan las causas de estas arribazones, sabemos que se trata de un fenómeno recurrente y hay previsiones de que las llegadas aumentan. Existe una urgencia de contar con conocimiento basado en la ciencia para la toma de decisiones y sobre todo de datos robustos que las soporten. Además de la detección de sargazo a través de la percepción satelital o vuelos de dron, es esencial la observación de otras variables para entender mejor el fenómeno. Para generar un sistema de predicción y alerta de sargazo que esté orientada de manera efectiva la contención anticipada de su arribo, es necesario incorporar variables oceanográficas y climáticas.

Requerimos sistemas de observación que incorporen datos in situ de diferentes variables oceanográficas, atmosféricas y biogeoquímicas. Estos sistemas de observación permiten generar grandes bases de datos con información precisa, continua y sistemática. Todo esto nos permite entender la dinámica local y regional y así generar predicciones del transporte.

Las observaciones in situ, junto con herramientas satelitales y modelación numérica han probado tener un impacto importante en el desarrollo de escenarios de predicción de corto y mediano plazo en otro tipo de problemáticas como los derrames petroleros (p. ej. Proyecto del Fondo sectorial Conacyt-Sener-Hidrocarburos).

“Implementación de redes de observaciones oceanográficas (físicas, geoquímicas, ecológicas) para la generación de escenarios ante posibles contingencias relacionadas a la exploración y producción de hidrocarburos en aguas profundas del Golfo de México” ejecutado a través del Consorcio de Investigación del Golfo de México (CIGoM)).

Sin embargo, a la fecha no se cuenta con un sistema similar de observación en aguas costeras mexicanas que permita tomar las mejores acciones de mitigación ante contingencias, tales como la presencia masiva de sargazo pelágico.

Una lección aprendida durante todos estos años con el problema del sargazo en nuestras costas es que es necesario contar con un sistema de monitoreo permanente y con un mejor entendimiento de los procesos oceánicos-costeros en el Caribe mexicano.

Los sistemas de observación de los océanos y costas consisten en una diversidad de plataformas tecnológicas dedicadas al monitoreo de parámetros oceánicos, costeros y atmosféricos, que incluyen desde instrumentos que generan observaciones in situ (corrientes costeras, nivel del mar, oleaje y las principales variables meteorológicas costeras, entre otros), observaciones satelitales (altura del nivel del mar, temperatura superficial del mar, imágenes de propiedades ópticas) y modelación numérica para resolver las múltiples escalas espacio-temporales del espectro de fenómenos costeros-oceánicos.

Es aquí donde los observatorios costeros juegan un papel clave para generar información in situ de una manera sistemática y estandarizada que contribuya al entendimiento y a la atención de la afluencia masiva de sargazo pelágico en las costas. Idealmente, los observatorios costeros deben contar con todo un arsenal de equipamiento oceanográfico instalado, estaciones meteorológicas, radares de alta frecuencia, radares marinos, videocámaras costeras y una infraestructura física y humana que lo soporte y maneje. La información debe ser obtenida siguiendo protocolos de observación con estándares internacionales. También debe contar con una plataforma web donde los diversos usuarios puedan consultar los productos generados e información en tiempo real de diversas variables de interés.

Su diseño debe considerar las necesidades de sus usuarios en materia de datos e información, la aplicación, la atención a fenómenos de interés con expresiones locales como por ejemplo la marea marrón y cambios en la calidad de agua de los ecosistemas costeros por efecto del sargazo.

Actualmente existen dos sitios a lo largo del litoral quintanarroense, Puerto Morelos y Xcalak, donde instituciones académicas han instrumentado y generado información oceanográfica, meteorológica y biogeoquímica mediante diferentes proyectos de investigación con diversos propósitos y objetivos.

Existe ya un esfuerzo para coordinar e integrar las capacidades ya instaladas y proponer el desarrollo de observatorios costeros en el Caribe mexicano.

Por varios años, este esfuerzo ha venido gestándose regionalmente por los grupos de investigación en oceanografía, meteorología y procesos costeros de instituciones de investigación de la península de Yucatán, UNAM-ICML-Puerto Morelos, UNAM-SISAL, Ecosur y Cinvestav.

Estas instituciones han escalado las observaciones y experiencias existentes, en un esfuerzo por consolidar sinergias regionales y nacionales en las propuestas interinstitucionales y multidisciplinarias como el “Sistema de Observación y Alerta Temprana del Sargazo”, bajo una colaboración en el marco del CIGoM-Sargazo que reúne las capacidades de más de 80 científicas y científicos mexicanos altamente especializados y con amplia experiencia.

Dadas las características de infraestructura física y humana que requieren los observatorios costeros, se proponen dos sitios para empezar. Uno en el norte y otro al sur del estado de Quintana Roo, Puerto Morelos y Xcalak, respectivamente.

Ambos parques nacionales son sitios con lagunas arrecifales, pero con diferentes grados de desarrollo. Mientras que Puerto Morelos representa todo el potencial de desarrollo turístico, su cercanía con Cancún y Playa del Carmen garantiza servicios de conectividad y energía eléctrica, por otro lado se tiene el pueblo pesquero de Xcalak que representa a un sur rezagado con un difícil acceso, sin red de telefonía y con servicios de electricidad deficientes.

El Observatorio Costero de Xcalak es operativa y logísticamente un reto, pero este sitio es clave para entender la dinámica costera ya que su climatología oceánica es distinta a la de Puerto Morelos.

Se requiere financiamiento para el sostenimiento de los observatorios costeros en el largo plazo, por lo que es oportuno hacer efectivas las voluntades del momento dada la importancia económica que representa esta porción oceánico-costera mexicana.

Laura Carrillo, ECOSUR-Chetumal
Alejandro J. Souza, CINVESTAV-Mérida
Óscar Reyes Mendoza, CONACYT-ECOSUR
Édgar Escalante, UNAM-ICML-Puerto Morelos
Miguel Ángel Gómez, UNAM-ICML-Puerto Morelos
Correo-e: lcarrillo@ecosur.mx