Del 20 y hasta el 22 de agosto en las instalaciones de CIGoM se realiza el taller «RAFOS Float Data Processing», impartido por la investigadora Heather Furey de Woods Hole Oceanographic Institution, para un total de 12 participantes quienes pertenecen a Oceanografía Física de CICESE, el Grupo GIOLA de CICESE-CIGoM y UABC.

El taller responde a la Línea de investigación 5 Escenarios de derrames, y su subproyecto «Dispersión de partículas en superficie y a profundidad y conectividad biológica sobre el talud continental del Golfo de México occidental», liderado por la Dra. Paula Pérez Brunius, en el marco del proyecto que actualmente ejecuta CIGoM. Asimismo cuenta con la colaboración de las investigadoras Amy Bower y Heather Furey de Woods Hole Oceanographic Institution, para las observaciones con las boyas RAFOS.

Según la Dra. Paula Pérez el taller «explica uno de los instrumentos utilizados para estudiar la circulación y los procesos de mezcla en el océano, y específicamente enseña a procesar los datos que registra. Son derivadores subsuperficiales llamados RAFOS, los cuales están diseñados para moverse libremente en el agua a una profundidad establecida (típicamente se escoge entre 500m y 4000m, dependiendo de la capa del océano en la que uno quiera estudiar la circulación del agua. Simulan el movimiento de una parcela de agua, y por ende permiten estudiar cómo se mueve el agua, hacia dónde se dirige dada por las corrientes oceánicas presentes, y cuando se lanzan muchos juntos permiten estimar qué tan rápido y cómo se dispersa un trazador (contaminantes, nutrientes, etc.).»

«El instrumento registra periódicamente el tiempo que tarda en arribar una señal acústica emitida por fuentes de sonido ancladas en puntos fijos. Como la velocidad del sonido del agua de mar se conoce bastante bien, este tiempo se puede traducir en la distancia que separa al derivador de la fuente fija, y si se tienen varias fuentes fijas, estas distancias pueden utilizarse para triangular la posición del derivador, así obteniendo su trayectoria. A diferencia de las boyas de deriva superficiales, que registran su posición con GPS vía satélite ya que están flotando sobre la superficie del mar, las RAFOS que derivan en subsuperficie no pueden comunicarse por satélites (la luz no se transmite bien en el agua). Sin embargo, el sonido se transmite muy bien en el mar, y viaja miles de kilómetros sin distorsionarse (por ello varios mamíferos marinos lo utilizan mucho), por lo que se pueden obtener las trayectorias de cientos a miles de kilómetros de longitud de derivadores en una cuenca oceánica con solo cuatro fuentes fijas ancladas distribuidas en la cuenca.»

«Sin embargo, conseguir las trayectorias finales a partir del registro de los tiempos de arribo de la señal acústica de las fuentes de sonido es un proceso laborioso que tiene su maña. En este curso los estudiantes aprenderán a hacer esto, procesando los datos registrados por los instrumentos que se lanzaron en la zona oeste del Golfo de México como parte de CIGoM en el Experimento de Dispersión en Aguas Profundas (DWDE por sus siglas en inglés), que tiene por fin medir la dispersión de un trazador a diferentes niveles (superficie, 300m y 1500m de profundidad) a partir de boyas de deriva superficiales y subsuperficiales», concluye la Dra. Paula, responsable de esta investigación.

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