Comunicado No. 16: 17 de noviembre de 2017

El Consorcio de Investigación del Golfo de México, creado en 2015 con apoyo del CONACYT, sienta un precedente en la ciencia mexicana:

 Conforma una base de datos que será de gran utilidad para saber qué hacer en caso de un derrame petrolero.
 Su objetivo es conformar un atlas sobre la biodiversidad de esa zona marina.

Hace dos años, un grupo multidisciplinario de investigadores mexicanos emprendieron uno de los proyectos más ambiciosos en el Golfo de México: obtener herramientas de observación, desarrollo biotecnológico y modelos numéricos que permitan establecer planes de contingencia y actividades de mitigación en caso de ocurrir derrames de hidrocarburos a gran escala en el Golfo de México, así como información para evaluar su impacto ambiental.

Para lograrlo, 100 científicos de diversas disciplinas apoyados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) constituyeron en 2015 el Consorcio de Investigación del Golfo de México, que luego de haber realizado siete campañas oceanográficas a la fecha, ha obtenido una línea base de la biodiversidad y abundancia relativa de las bacterias que ahí se encuentran, lo cual se logró mediante la recolección de muestras desde la superficie del agua hasta el sedimento marino.

Así lo comentó la Dra. Liliana Pardo López, Investigador Titular B, del Instituto de Biotecnología de la UNAM campus Cuernavaca, e integrante del citado Consorcio, durante su participación en el Ciclo de Seminarios en Biotecnología y Bioseguridad de organismos genéticamente modificados (OGMs) 2017, con la ponencia Bacterias que degradan hidrocarburos; seminario impartido en el marco del 5° y último Taller de Capacitación para el Fortalecimiento del Conocimiento en Materia de Bioseguridad y Biotecnología de OGMs de este año, organizado por la Secretaría Ejecutiva de la CIBIOGEM como parte de sus actividades de divulgación y comunicación sobre el uso seguro de estos organismos.

Ante 21 asistentes presenciales y con 42 conexiones remotas en dependencias gubernamentales e institutos de educación superior, la doctora Pardo López dijo que la principal motivación para conformar el Consorcio de Investigación del Golfo de México, cuya vigencia como proyecto será hasta el 2020, fue el estar preparados ante la posibilidad de que ocurra un derrame de petróleo en esa zona.

Como antecedente del interés de la comunidad científica por este tipo de riesgos, la investigadora refirió la trágica explosión de la plataforma petrolífera Deepwater Horizon, ocurrida el 20 de abril de 2010 frente a las costas de Luisiana y Mississippi, en el Golfo de México, y que dejó un derrame en el mar de 780 millones de litros de petróleo, el más importante vertido de crudo en la historia. “La comunidad académica se movilizó al ocurrir este accidente, por lo que ya había un trabajo previo al que estamos realizando como Consorcio, ahora de manera multidisciplinaria, donde podemos abordar desde muchas aristas el Golfo de México”, abundó la especialista.

Al hablar sobre los resultados obtenidos hasta ahora, la doctora Pardo López expuso que dos años de labor ardua les ha permitido recabar una gran cantidad de información, al Instituto de Biotecnología de la UNAM le ha servido para determinar la línea base de las bacterias, “las que siempre están ahí, en todas las estaciones”, pero también para crear una base de datos sobre ese “zooplancton, ese fitoplancton, o sobre la dirección de las corrientes de marea, para determinar cómo se moverá una mancha de petróleo; esta base de datos está siendo alimentada por el resto de las instituciones participantes en el Consorcio, y le será de gran utilidad a quienes tomen la decisión de qué hacer en caso de un derrame”.

Una tercera contribución del grupo de científicos es la búsqueda de la riqueza que hay en el mar; “esto apenas comienza, pero somos optimistas y pensamos que vamos a tener muchos productos biotecnológicos que no se han descrito antes porque no se han explorado”, añade la investigadora. Y un cuarto aporte es la formación de recursos humanos que, eventualmente, pudieran agruparse para ofrecer servicios a la industria petrolera.

Uno de los objetivos del Consorcio de Investigación del Golfo de México, es la elaboración de un atlas sobre su biodiversidad y su abundancia, con énfasis en las bacterias, tomando como referencia la base de datos que están formando. “El compromiso con el Conacyt –afirma Pardo López–, es entregar físicamente ese atlas, que quedaría como un acervo para el país, y se podría utilizar para consulta e investigación y como soporte para tomar decisiones con base en estimaciones más certeras. Este atlas formará parte del patrimonio científico y cultural del país, es la manera de retribuir la inversión que apoya este proyecto.”

Finalmente, en opinión de la doctora Liliana Pardo López, con este Consorcio se sienta un precedente en la ciencia mexicana, pues su carácter multidisciplinario le confiere la posibilidad de dar respuesta a preguntas ambiciosas y obtener resultados con mayor impacto y beneficio para la sociedad mexicana.

Tomado de: CONACYT (CIBIOGEN)