Es la zona donde más ballenas y delfines se reúnen para alimentarse, añade Oscar Sosa. Más de 100 investigadores de nueve instituciones de México y EU elaboran modelos matemáticos sobre los posibles daños que podrían experimentar diferentes ecosistemas marinos.

 

ANTIMIO CRUZ

El golfo de México es un territorio vasto de un millón 550 mil kilómetros cuadrados de extensión. Esto equivale al 75 por ciento de la tierra firme que ocupa toda la República mexicana. Por estas dimensiones y debido a que ésta es una zona de gran importancia petrolera, logística y pesquera, hace seis años se puso en marcha el megaproyecto de investigación científica CIGoM, que busca comprender cuáles son las vulnerabilidades que se experimentarían en caso de un derrame petrolero de grandes dimensiones.

Integrada por más de 100 científicos de nueve instituciones de México y Estados Unidos, la iniciativa CIGoM (Consorcio de Investigación del golfo de México), desarrolló varias líneas de investigación; una de las cuales estudió y entregó modelos matemáticos sobre los posibles daños que podrían experimentar diferentes ecosistemas marinos en caso de un derrame.

Para una de estas investigaciones, los científicos rastrearon ballenas marcadas; reunieron datos generados por estudios anteriores de desplazamiento de cetáceos y elaboraron modelos matemáticos predictivos.

Así, los participantes del CIGoM lograron identificar que el declive continental, bajo las aguas del golfo de México, es la zona donde más ballenas y delfines se reúnen para alimentarse, por lo que esos cetáceos podrían verse mayormente afectados por un derrame petrolero si llegara a las regiones donde inicia el descenso hacia aguas profundas.

Debajo del agua, el Golfo tiene amplias plataformas y pendientes que se sumergen suavemente desde los 12 hasta los 200 metros de profundidad; a eso se le llama declive continental. Más allá de ese declive inician precipicios que miden 2 mil, 3 mil y hasta más de 4 mil metros de profundidad.

El doctor Oscar Sosa Nishizaki, es uno de los coautores del libro “Vulnerabilidad ecológica del Golfo de México, ante derrames de gran escala”, editado por CIGoM. A solicitud del diario Crónica habló para los lectores sobre los hallazgos y sobre los modelos matemáticos con los que buscan reducir vulnerabilidades ecológicas en caso de derrames.

“Pudimos distinguir claramente a las especies cercanas a la costa, que son principalmente delfines, y también distinguimos que en el espacio donde empieza el talud continental, que termina a los 200 metros de profundidad, hay una serie de procesos y corrientes marinas que generan alta productividad y comida para los mamíferos marinos. Entonces pudimos ver que ahí se concentran y ahí nos señalan los modelos matemáticos que es donde están estos animales. Esto lo pudimos responder con una metodología estricta y bien aplicada, que nos permite plantear dónde están esos animales y que hay alta probabilidad de que los cetáceos sean afectados si un derrame llega a esta región”, indica Sosa Nishizaki.

Cuando el equipo de CIGoM inició este trabajo se dio cuenta de que era muy poca la información que existía sobre la presencia de cetáceos en la parte del Golfo de México que corresponde a nuestro país. Sí había estudios sobre la presencia y distribución de ballenas, delfines y otros cetáceos en la parte del Golfo que es territorio de Estados Unidos, pero no de nuestro lado, como explica el científico mexicano que es consultor de diferentes oficinas del gobierno mexicano en temas de pesquerías.

Se logró colectar información de observaciones de 11 especies diferentes y se comenzó a trabajar en dos vías: por una parte, comenzaron a marcarse y rastrearse ejemplares de ballena piloto, que es una ballena de tamaño mediano, presente en el Golfo. Por otra parte, se comenzaron estudiar las variables oceanográficas que coincidían con los lugares y fechas de las observaciones que habían sido reportadas por otros científicos en otros años. Con esos datos comenzaron a construir un modelo de investigación original.

“Entonces, frente a esa escasez de información, con mucho orgullo puedo decir que construimos una nueva metodología para exprimir y ampliar el valor de los pocos datos que teníamos. Adoptamos el principio de que el hecho de que no haya datos o haya muy pocos datos sobre la distribución de cetáceos no era argumento para no hacer nada. Tuvimos que trabajar mucho, con muchas ideas diferentes hasta llegar al resultado que hemos dado a conocer, que presenta una línea base que nos permite entender o plantea una primera hipótesis de dónde se pueden encontrar las distribuciones potenciales de cetáceos”, indica el investigador del Departamento de Oceanografía Biológica, del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE).

Estudio de poblaciones marinas

Originario de la Ciudad de México, pero con una profunda devoción al mar desde que realizó su primer buceo, siendo menor de edad, Oscar Sosa Nishizaki ha dedicado más de 30 años de su vida a investigar poblaciones de diferentes especies subacuáticas como pez espada, tiburones, peces pelágicos, Para el proyecto de CIGoM encabezó, junto con la Doctora María Concepción García Aguilar –también del CICESE–, el grupo de investigación sobre vulnerabilidad de pelágicos y cetáceos en el Golfo de México.

“Soy de esa generación que se vio muy influida por los documentales marinos de Jacques Cousteau. Por eso estudié Biología y fui parte de la tercera generación de esa carrera que egresó de la ENEP-Iztacala, de la UNAM, que ahora es la FES-Iztacala. Después realicé estudios de Maestría y Doctorado en la Universidad de Tokio, en el Departamento de Pesquerías”, comenta el investigador que coordinó el gran esfuerzo de modelación para explicar dónde se pueden ubicar diferentes especies del golfo de México antes un derrame petrolero de grandes dimensiones.

“Lo que logramos fue un estudio muy sólido de la distribución potencial de las especies pelágicas y de cetáceos en la zona sur del Golfo, para la cual no había investigación. Con eso logramos un mapa de dónde podrían estar las especies y así avanzamos hacia una segunda pregunta: ¿Qué le pasa a un cetáceo si se encuentra con un derrame petrolero? Así vimos que va a tener algunas características biológicas que le pueden ayudar a sobrevivir, como su tipo de piel y capacidad pata bucear, lo que nos permite medir algo que llamamos la Susceptibilidad. Por otro lado, medimos que si una especie ya es afectada en sus poblaciones cuál es su capacidad para recuperarse del daño y a esta variable la llamados Productividad. De la combinación de la Susceptibilidad y la Productividad podemos establecer una medida de Vulnerabilidad. Ese es otro de los subproductos de esta investigación”, añade.

Aunque para algunas personas este tipo de investigación pudiera parecer lejano o de interés muy focalizado, su utilidad es muy amplia pues, por ejemplo, las investigaciones sobre poblaciones marinas y su distribución ecológica son usadas para dirimir conflictos comerciales internacionales como el que recientemente protagonizaron Estados Unidos y México y que pudo derivar en un embargo a las exportaciones mexicanas de camarón.

“Cuando el gobierno mexicano debe hacer una respuesta diplomática o comercial necesita demostrar qué es lo que sabemos de todos nuestros ecosistemas marinos y la información que hemos creado a lo largo de los años ha sido parte de la respuesta mexicana para defendernos frente al embargo. Esta información, de altísima calidad, sirve mucho para tomar decisiones”, concluye el Doctor Sosa, quien afirma que aunque deben continuar los estudios sobre vulnerabilidad de ecosistemas ante posibles derrames petroleros, el equipo que integró el CIGoM dejó datos que son una línea base sobre la cual se puede trabajar y desarrollar más modelos.

Alianza inédita

El Consorcio de Investigación del Golfo de México (CIGoM) es una alianza financiada con el Fondo Sectorial SENER-Conacyt, para identificar riesgos, amenazas y posibles respuestas ante eventuales accidentes en la extracción de petróleo en el golfo de México. En el consorcio participan científicos de CICESE, Cinvestav, el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático, ECOSUR, IBt, ICMyL, UABC, CIDESI, CICIMAR-IPN, Conabio, la Universidad de Miami y la Universidad Estatal de Florida.

Tres volúmenes con resultados y un resumen ejecutivo pueden leerse en la página de internet: https://escenarios.cigom.org/

Tomado de: Crónica (https://www.cronica.com.mx/academia/derrame-petrolero-golfo-mexico-afectaria-cetaceos-llegar-declive-continental.html)