CAMPAÑA OCEANOGRÁFICA XIXIMI-5

CONSORCIO DE INVESTIGACIÓN DEL GOLFO DE MÉXICO

Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, Baja California

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Relato de las incidencias de la Campaña XIXIMI-5 10 al 16 de junio 2016.

Iniciamos la primera parte de la campaña saliendo de Tuxpan el Viernes 10 de junio a las 0 horas en medio de la expectación de los tripulantes científicos quienes en un corto tiempo habían conseguido instalar sus laboratorios, mientras que el equipo de los técnicos electrónicos montaban la roseta y toda la instrumentación electrónica asociada en tiempo record y a marchas forzadas para que todo estuviera listo en el momento de zarpar. Nada más salir nos comenzó a zarandear el viento con velocidades entre 18 a 22 nudos y las olas de período corto asociadas. Llegamos a la primera estación 206-F36 6 horas más tarde tras un corto sueño de toda la tripulación, quienes habían trabajado hasta entrada la madrugada para dejarlo todo a punto. Esta primera estación rompió con los problemas clásicos que acompañan a cualquier comienzo de campaña cuando se prueban personas, equipos y materiales para actuar de una forma sincrónica y fluida con las diversas operaciones de colecta de aguas, sedimentos y datos. El buque tuvo un problema en el control de operaciones desde la estación de control de winches a estribor que el Ing. Electrónico del buque, Mario Malpica, logró subsanar tras sustituir una bomba hidráulica que devolvió el control operacional del buque a la estación de control. En el primer lance se detectó un fallo en la bomba del secundario, que se subsanó sin mayor problema con un cambio de la misma.

Durante los días y estaciones siguientes siguieron ajustándose los tiempos, ritmos y volúmenes de colecta optimizando la operación de lances de la roseta y ordeña de aguas posterior. En la estación 213, designada como estación de intercalibración por los grupos de trabajo de nutrientes, metales y carbono inorgánico disuelto, se realizó un lance doble hasta 1000 m para colmar las necesidades de volúmenes de muestreo de aguas de los diferentes grupos que en algunos casos necesitaban triplicar su volumen normal de colecta para los análisis posteriores en los laboratorios.

En la estación 231-G44 además del lance regular de la red Bongo y la roseta se realizó otro lance con el multinucleador recientemente reparado que resultó ser un éxito parcial debido a que la mitad de las camisas de acrílico habían cerrado, con una buena preservación de la interfaz agua sedimento, mientras que los otros 4 no habían cerrado las tapas y aunque volvían con sedimentos sospechamos que se habían volado los primeros 3 a 6 cm por debajo de la interfaz agua sedimento. Nuestro experto en nucleadores Vicente Ferreira hizo unos pequeños ajustes para evitar esta situación en el siguiente lance.

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Las siguientes dos estaciones se realizaron sin mayor problema exceptuando los lances con el multinucleador (MN). Se realizaron dos lances con el MN que volvieron vacíos a superficie, de nuevo se repitió el patrón entre el grupo de 4 núcleos que se habían cerrado y otro grupo cuyas tapas no habían cerrado en ambos lances, y no había ni rastros de sedimentos ni en la base de las camisas, ni en las alfombrillas que los atrapan en la base. Sospechamos que la mitad de las camisas del multinucleador cerraron durante la caída debido a los tirones en el cable Kevlar del que estaba suspendido, que introducía el movimiento vertical del buque por el oleaje. Posiblemente este instrumento sea muy sensible a las condiciones del mar durante su operación. En próximo lance se intentó amortiguar estos tirones en la vertical colocándole unos muelles en dos de los ejes internos con la finalidad de absorber estos movimientos e impidan el cierre prematuro de las camisas de los núcleos.

Después de la estación profunda 237-H46 volvemos rumbo a Tuxpan para un cambio de tripulación científica de Claudia Alejandra y Joel del equipo de Acuazul, por Salvador y Julio Antonio. Fue un placer tener al equipo de reporteros embarcados durante los primeros cuatro días en los que no pararon de filmar y de experimentar nuevas formas de capturar las operaciones de los diferentes equipos operando en el barco, de noche y de día. Las imágenes que lograron capturar nos sorprendían por las nuevas perspectivas que encontraban a todas las operaciones que por costumbre realizamos y de las que tenemos una percepción unidimensional, las nuevas ventanas que nos abrían nos asombraban por sus nuevas geometrías, el movimiento de los velos de luz por debajo de la superficie, el resplandor de los metales sumergidos, las estelas de las burbujas.

A la entrada del rio Tuxpan Joel, el camarógrafo, en uno de sus experimentos más arriesgados perdió el dron con el que nos estaba filmando la entrada a puerto, en la ribera del río sobre terreno de la Naval. Tras atracar el personal de la base le llevaron al lugar donde se perdió para buscarlo, sin gran éxito. El Capitán Leobardo le hizo un oficio para poder entrar en la base y buscar el dron más tarde durante el día. Embarcaron los dos miembros de la tripulación Salvador y Julio quienes vienen a ayudar a dos de los equipos, el de fitopláncton y el de bacteriología genómica.

A las dos horas de atracar estábamos zarpando de nuevo para el golfo a la primera estación de la segunda parte de la campaña, 144-D2. En esta estación el lance de la red Bongo y la roseta fueron normales, en contraste con el lance del multinucleador que volvió sin sedimentos pero huellas de claras haber penetrado en el fondo. Cuatro de los ocho tubos volvieron abiertos, razón por la que no traían sedimento, mientras que los otros cuatro si volvieron cerrados pero sin sedimento, posiblemente debido a un cierre o bien prematuro o incompleto de los tubos que permitió que los sedimentos se lavaran. Cambiamos el multinucleador por el nucleador de caja Sutar, y al recuperar el nucleador en cubierta nos dimos cuenta de que éste venía vacío y también con huellas de haber penetrado en los sedimentos, por lo que dedujimos que éste posiblemente no había cerrado en el momento de subir por la columna de agua y consiguientemente perdió los sedimentos. No se volvió a intentar otro nucleador en esta estación por llevar un retraso de varias horas.

La estación 95-C20 se desarrolló sin novedad y en la estación 64-B11 se realizaron bongo, roseta sin novedad, y se lanzó el nucleador de caja Sutar que resultó exitoso en aguas con 2,600 m de profundidad. En esta estación se restableció la normalidad en la colecta de núcleos en esta estación en la que además se realizó un lance para metagenómica.

El tránsito a la siguiente estación, 15-TS1, fue relativamente algo más largo de lo normal, debido a que nos acercamos al lugar donde se instalará la trampa de sedimentos y que queríamos colectar muestras en una mancha de clorofila que se observa saliendo del rio Brazos por más de una centena de millas náuticas hacia el E. Esta estación es la más norteña de las campañas XIXIMI, apenas a 15 millas náuticas de la frontera con EEUU, cercana a donde se va a sembrar la trampa de sedimentos y en la región de interés para las campañas que tienen como objetivo caracterizar la productividad primaria de la región de aguas profundas de Perdido, campañas MMF. En esta estación el lance de metagenómica fue el primero, seguido del lance del nucleador de caja Sutar, que penetró unos 35 cm por debajo de la interfaz agua sedimentos y del que una vez en cubierta se extrajeron 5 núcleos que se muestrearon para diferentes grupos.

De ahí zarpamos hacia la siguiente estación 45-A2 de calibración interlaboratorios. con un oleaje creciente y viento en contra sostenido de 26 nudos que picaba el horizonte de espumas, cuando la mar agita entrecortadamente a los navegantes de una forma periódica y el barco corta las olas despedazándolas en embates de burbujas.foto3.

Vicente Ferreira sigue bajando imágenes de la NASA de color y TSM en las que se puede apreciar cómo estamos transitando de una región con altos contenidos relativos de clorofila a las próximas estaciones en las que prácticamente estos han desaparecido. La red bongo que recuperaron en la estación más próxima a la plataforma de Tamaulipas en el paralelo 25N ha sido la más rica en zooplancton mientras las filtraciones de fitopláncton no muestran grandes contrastes.

Llegamos a la siguiente estación en las primeras horas de madrugada, 33-A3, procedimos a lo que ya se ha establecido como secuencia rutinaria en estación, lance de botella Niskin superficial, lance red Bongo, lance de roseta y CTD, lance de nucleador y finalmente lance de metagenómica. Debido a la profundidad de esta estación estuvimos cerca de 8 horas desde el comienzo hasta el final de operaciones de colecta. Todos los lances fueron exitosos, incluido el de caja Sutar que se ha revelado como el nucleador más robusto con el oleaje y la deriva impuesta por el viento durante las últimas estaciones.

Se ocupó la estación 32-A4 hacia el mediodía del jueves 16, en la que se colectaron la Niskin superficial, red Bongo que llega con menos organismos que en veces anteriores, y la roseta. Hacia las 3 de la tarde zarpamos rumbo a la siguiente estación.

Mencionar en último lugar pero no en importancia el excelente trabajo del grupo de electrónicos Carlos, Ricardo y Juan; metaleros, Erica, Vanesa y Mauricio; fitoplanctólogos Karla y Uriel con reforzada ayuda de Julio a cargo de la base de datos en sus ratos libres; zooplanctólogas y filtradoras Renata y Reyna; geoquímicos de distinto pelaje Doreny, Arturo, Lalo, y Gerardo, los insaciable metagenómicos bacteríólogos Abraham y Salvador, y el lodero de los siete mares Vicente ayudado por Ivonne que la tenemos de comodín en diversas operaciones. Gracias a su excelente trabajo y entusiasmo en esta plataforma ambulante y movida, al gran apoyo y que nos están proporcionando el capitán Leobardo, la gran profesionalidad de toda su tripulación, y la maestría del equipo de cocineros, el gran equipo de esta campaña navega, captura datos, trasiega aguas y arrebata sedimentos con gran éxito.

Crónica de los sucesos que acaecieron en la travesía de la campaña XIXIMI-5 del 17 al 21 de junio

17 de junio

La regularidad que van imponiendo la destreza en los diferentes lances de botellas, bongo, el cubo oceanográfico, la roseta-CTD, y el nucleador a lo largo del paralelo 25N, una sucesión de estaciones profundas y largos tiempos en los lances hasta la llanura abisal han logrado darnos una fluidez en todas las maniobras que poco a poco nos hace adelantarnos a los tiempos programados y nos permiten recuperarnos de algunos retrasos que habíamos tenido en un principio.

18 de junio

Esta carrera contra el tiempo sucumbió en la estación 36-A8, tras un lance fallido del nucleador a 3477 m. A las 2 horas y media de haber lanzado el nucleador y subirlo a cubierta nos dimos cuenta que no habían cerrado las palas por haberse quedado trabada la argolla en el pestillo del cabezal, impidiendo que al recobrar la cuerda desde el winche de cubierta se cerraran las palas del nucleador y atraparan el sedimento en la caja. Tras comprobar que ese había sido el único problema optamos por lanzarlo de nuevo. En esta segunda ocasión logramos recuperar un cubo de sedimentos de aproximadamente 25 cm de profundidad,

La siguiente estación la 37b-A9b, decidimos cambiar su localización por haber observado en el mapa de anomalías de la altura de nivel del mar del modelo de asimilación HYCOM, cortesía del infatigable buscador e inagotable fuente de recursos Vicente Ferreira, la localización del centro del gran remolino de la Corriente del Lazo, prácticamente desprendido de la corriente de entrada y salida del golfo y rodeado por una corona de remolinos ciclónicos a su alrededor, muy posiblemente señalando el comienzo de su andanza hacia el oeste, hacia el talud de Tamaulipas. Esta observación la corroboramos en unas imágenes satelitales de pigmentos en las que se mostraba una enorme área que correspondía con el remolino anticiclónico, con las menores concentraciones de pigmentos de todo el golfo. Razones que nos movieron a visitar el centro de ese remolino para poder caracterizar su estructura en profundidad. Lamentablemente el centro del remolino se encontraba en la zona compartida trinacionalmente y carecíamos de permisos para poder adentrarnos en un espacio marino de todos y de nadie.

El capitán nos acercó hasta la línea divisoria de este triángulo compartido donde finalmente realizamos el lance de Bongo y roseta hasta 3500 m de profundidad. Una de las observaciones que hicimos en esta estación es que nuestra deriva no fue tan pronunciada como en la estación anterior la 36-A8 situada en el limbo del remolino donde llegamos a derivar hasta 8 mn en 2 horas y media. Pudimos apreciar también a partir de los datos del CTD y sensores asociados una depresión muy importante de decenas de m del máximo de clorofila profunda, y de cientos de m del mínimo de oxígeno. Comprobábamos lo que habíamos entendido en clases y lecturas que un giro anticiclónico acumula aguas en su centro y como consecuencia las distintas masas de agua se encuentran a mayor profundidad.

19 de junio

Tras unas 5 horas y media de travesía llegamos a la estación más oriental del paralelo 25 la 38-A10 donde realizamos el lance de botella y cubos oceanográficos en superficie para satisfacer las enormes demandas de agua a esta profundidad, luego se procedió al lance de la red Bongo y roseta hasta los 3400 m.

La siguiente estación navegamos hacia el S hasta el paralelo 24˚N donde realizamos todos los lances requeridos, en los que la tripulación ya mostraba una gran maestría, a una profundidad más somera hasta los 1349 m en el talud NE de la Península de Yucatán, característica por sus sedimentos extraordinariamente ricos en carbonatos. Cuando abandonábamos esta estación nos llegaron noticias del RV/Pelican y de que se encontraban navegando huyendo a toda máquina de una baja tropical que estaba alimentando vientos entre 20 a 30 nudos y olas de hasta 6 pies preguntándonos por lugares seguros donde refugiarse. Tras consultarlo con el capitán Leobardo y el primer oficial David, la mejor opción que les pudimos darles fue que navegaran hacia el NE para salir del dominio agitado por la tormenta.

Esa misma tarde nos quedamos sin aire acondicionado en el BO/Justo Sierra. Lo que en un principio parecía un problema menor de una válvula que no funcionaba fue creciendo a un compresor que no había como hacerlo funcionar y con el paso del tiempo la temperatura dentro del buque iba creciendo al punto que al final de la tarde hacía mayor temperatura dentro del barco que en cubierta, donde el calor también azuzaba sin descanso. Los laboratorios, biblioteca y comedor donde generalmente se encuentra el bullicio y la actividad estaban desolados y la banda buscaba por las cubiertas del barco la brisa que les quitara el calor de encima.

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Era una tarde de domingo que comenzaba a convertirse en una noche de calor infernal. En una reunión con el capitán y el jefe de máquinas el domingo por la tarde, este último nos expuso que el problema del compresor era que se habían roto un pistón, del que tenían reemplazo, y una biela de la que no existía tal en el barco. Por sus características era posible que no se encontrara en lugar cercano, Puerto Progreso ni Mérida, por lo que tendrían que traerla de la casa matriz en Monterrey, Nuevo León, esta solución implicaba acercarnos a Puerto Progreso para recoger la pieza, con la consiguiente pérdida entre dos a tres días de campaña.

El jefe de máquinas mencionó otra opción que consistía en montarle al sistema de refrigeración un compresor más viejo que tenían en el barco y observar si funcionaba. En decisión compartida con el capitán le pedimos que cambiara por el compresor viejo que tenían y dependiendo de su resultado decidiríamos si cambiábamos rumbo a Puerto Progreso, mientras tanto seguiríamos con el plan de campaña rumbo a la siguiente estación la 71-B17.

De camino a esta estación Carlos y Juan se dieron a la tarea de purgar con agua dulce y jabón la bomba del CTD y sensores que se había comportado anómalamente en algunas profundidades del lance de la última estación y cambiaron los cables del primario del CTD que aparentemente habían acumulado agua.

Esa noche el calor húmedo y pesado del interior del barco nos empujó a todos a cubierta donde anduvimos como sonámbulos buscando el alivio de la brisa marina que a lo largo de la noche se fue intensificando hasta alcanzar velocidades de 15 nudos con rachas de hasta 20 nudos. Sorprendentemente el viento encrespaba las olas pero sin soliviantarlas en olas de gran tamaño como esperábamos. El cuarto de control se convirtió en refugio de parte de la banda, por tener una unidad de aire acondicionado independiente que no funcionaba al tope de sus posibilidades, pero que aliviaba hasta un cierto punto el pesado sopor del barco. Esa noche ocupamos la estación 71-B17.

20 de junio

De madrugada del lunes 20 de junio ocupamos la estación 70b-B16b en el flanco occidental-norte del talud de la península de Yucatán, con la novedad de que dos de los empaques de las botellas #7 y #9 se habían botado y que reparó Ricardo para el siguiente lance. Esta estación la denominamos 70b/B15b por encontrarse a 30 minutos al S y el W de la original. La larga noche insomne de toda la tripulación comenzaba a notarse en la banda que por momentos caían en cortos sueño en los rincones más frescos del barco. Las noticias del equipo de máquinas eran alentadoras, ya que habían conseguido montar el viejo compresor pero aún no entraba en funcionamiento. En decisión compartida por el capitán decidimos continuar hasta la estación 69-B15 postergando la decisión de continuar con el plan de campaña o de partir rumbo a Puerto Progreso hasta nuevas noticias del equipo de máquinas. Durante el tránsito a esta estación el sistema de aire acondicionado comenzó a bostezar aire fresco hasta que unas dos horas más tarde el interior del barco recobró una temperatura más agradable, lo que propició la recuperación de las fuerzas perdidas que amenazaban con suspender la campaña.

Tardamos un día en que to5do el personal recuperara su sueño perdido, y pudimos trabajar aunque lento pero sin pausa en todos los lances de la estación 69-B15 con lance de nucleador y metagenómica incluidos. El buen humor de la tripulación se fue recuperando durante la tarde.

Durante el día 21 ocupamos las estaciones 68-B14 y 67-B13 sin mayor novedad. Al atardecer el sol se ocultó haciendo piruetas de colores entre las altas nubes que cubrían el horizonte de un mar enervado por un viento leve y el recuerdo de una distante tormenta.

Por:

Dr. Juan Carlos Herguera
Responsable Técnico
Consorcio de Investigación del Golfo de México – CIGoM
División de Oceanología
Centro de Investigación Científica y de Educación Superior – CICESE