Abigail Uribe Martínez, Eduardo Cuevas Flores, Sandra A. Gallegos Fernández y Jorge A. Trujillo Córdova
Ver grandes extensiones de la superficie terrestre en un instante, incluyendo sus mares y océanos, es posible desde hace más de 60 años a partir de la puesta en órbita de satélites que traen sensores especializados para construir lo que conocemos como imágenes satelitales. Estas imágenes son similares a las fotografías que tomamos con nuestros celulares, pero que contienen además información de “colores” que nuestros ojos no son capaces de percibir, ya que tienen una frecuencia y longitud de onda en el sector infrarrojo, que es muy útil para diferenciar la vegetación de otros objetos.
El sargazo flotando en el mar tiene una manera muy particular de verse a través de estos sensores especializados, lo que hace posible que podamos saber dónde está el sargazo a lo largo y ancho de cientos de kilómetros en un momento dado. La gran variedad de sensores satelitales genera imágenes de distintas extensiones en diversos periodos de revisita, es decir que cada tipo de imagen permite saber la distribución del sargazo en diferentes niveles de detalle espacial y temporal.
Para conocer la distribución del sargazo en una región relativamente pequeña, a un detalle suficiente para diferenciar patrones a nivel de localidad o municipio, mapeamos esta alga en 432 imágenes del sensor satelital Landsat 8-OLI, adquiridas entre enero de 2014 y diciembre de 2022. Estas imágenes proporcionan un dato integrado de lo contenido en 900 m2 (píxel de 30 m por lado) y cubren hasta 150 kilómetros fuera de la costa del estado de Quintana Roo, obteniendo millones de datos de la misma zona cada 16 días, a manera de un muestreo sistemático. Los datos recabados nos permitieron observar las fluctuaciones de la presencia del sargazo en el mar, incluso un año antes de la arribazón masiva del 2015, así como determinar los picos máximos y la tendencia para este periodo de nueve años.
Los dóndes
A partir de conocer dónde estaba el sargazo en el mar del Caribe mexicano cada 16 días, quisimos contestar preguntas como ¿dónde ha habido más sargazo desde que comenzó el problema? ¿En dónde es más frecuente observarlo? ¿Qué municipios o playas han sido las más afectadas por la presencia del sargazo (considerando tanto la cantidad que ha llegado como el número de veces en que se ha observado)?
Para contestar estas y otras preguntas, realizamos diversos análisis espaciales para obtener mapas multitemporales que reflejan las zonas más o menos afectadas. Con esta información (y algunos análisis estadísticos) nos dimos cuenta de que, aunque toda la costa de Quintana Roo ha sido impactada por la presencia de esta alga en cantidades descomunales, hay regiones en las que la acumulación de sargazo es mucho más agresiva, en donde es más frecuente y ocupa mayores extensiones. Tal es el caso de la costa norte del municipio de Tulum y al sur de Solidaridad, donde se encuentran importantes ciudades turísticas como Playa del Carmen, Tulum y Akumal. En esta región el sargazo llega y se aglomera por un efecto similar a un embudo, debido a su ubicación geográfica frente a la gran isla de Cozumel y por la forma en que circula el agua predominantemente de sur a norte, lo que provoca que se aglomeren grandes cantidades por mucho tiempo. Le sigue el municipio de Puerto Morelos donde, además de afectar gravemente a las zonas hoteleras más importantes de la región, ha tenido fuertes impactos sobre los arrecifes de coral, pastos marinos, zonas de anidación de tortugas marinas, entre otros aspectos ecológicos importantes.
En el Caribe mexicano, la presencia recurrente de sargazo en el mar va decreciendo hacia la región sur de Quintana Roo, aunque con importantes concentraciones del alga en las inmediaciones de la laguna de la Ascensión y en la costa del municipio de Bacalar. Es importante recalcar que los alrededores de la isla de Cozumel también han tenido de manera recurrente sargazo, aunque por la intensidad de las corrientes en el este de la isla (mar abierto) no llega a acumularse en cantidades como las observadas al sur de Puerto Morelos.
Los cuándos
Aunque se ha manejado que la “temporada de sargazo” ocurre durante el verano, con este largo acervo de imágenes satelitales analizadas, hemos observado la presencia extrema de sargazo en el mar prácticamente en toda época del año, con picos importantes inclusive en invierno. Sin embargo, debido a las condiciones (particularmente vientos y corrientes) que predominan entre otoño e invierno, el sargazo llega en mucho menores cantidades a las playas, en teoría porque los vientos del norte dificultan el transporte hacia el oeste.
A pesar de esto, es posible tener grandes arribazones de sargazo a las playas de Quintana Roo en temporada invernal, ya que si se conjugan grandes cantidades del alga en el mar, como las observadas en los inviernos del 2014-2015, 2018-2019 y 2021-2022 con las condiciones meteorológicas que transportan el sargazo a la playa, se tendrá un grave problema, más difícil de manejar al no estar preparados. Para el invierno de 2022-23 (tiempo en que se escriben estas líneas) ha sucedido uno de estos eventos, con cantidades inusuales de algas pelágicas llegando al litoral quintanarroense durante los meses de noviembre y diciembre.
Con estos años de monitoreo del sargazo en el mar utilizando imágenes satelitales de alta resolución observamos que la peor temporada sucedió entre febrero de 2018 y octubre de 2019, con una cantidad acumulada de sargazo (la suma de todo lo observado) mayor que todo lo detectado en los otros siete años. El 2022 fue un año también difícil, superando en cuatro meses, las cantidades máximas de la macroalga observadas previamente. Al inicio de este 2023 se ha planteado un pronóstico desalentador, con grandes extensiones de sargazo en la zona del Caribe central con potencial de arribar, aunque todavía falta muchísimo conocimiento para entender qué factores promoverían que este sargazo disponible en mar abierto recale en la costa mexicana.
Abigail Uribe Martínez
Instituto de Ingeniería, UNAM, unidad Sisal/CIGoM
Eduardo Cuevas
Conacyt-Cinvestav/UABC
Sandra A. Gallegos Fernández
CIGoM
Jorge A. Trujillo Córdova
CIGoM
Correo-e: abigailum@gmail.com
Número completo disponible en:
https://www.jornada.com.mx/2023/03/19/ecologica263.pdf
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