La Península de Yucatán tiene el privilegio y la responsabilidad de albergar cuatro especies de quelonios.— Plan de conservación de poblaciones y hábitats.— CIGoM La Península de Yucatán resulta crucial para la conservación de la tortuga marina. Sus mares y playas en el Golfo de México y el Caribe Occidental están entre los preferidos por cuatro de las siete especies que existen en el mundo para nidificar, alimentarse, desarrollarse o como corredor migratorio. La protección de estos reptiles prehistóricos es vital. Además de ser carismáticos, son los responsables de la salud del océano y de mantener un equilibrio en el ecosistema, apunta el Dr. Eduardo Amir Cuevas Flores, investigador de la Universidad Autónoma del Carmen (Unacar) y coordinador, junto con la Dra. María del Carmen Liceaga (Cinvestav-Mérida), del estudio sobre tortugas marinas que se incluyó en el megaproyecto a cargo del CIGoM (Consorcio de Investigación del Golfo de México). El CIGoM es un conjunto de instituciones que realiza investigación científica y desarrollo tecnológico, entre otras tareas. Fue creado en 2015 a demanda específica de Pemex para generar conocimiento sobre las condiciones y las dinámicas del Golfo con la misión de generar estrategias para diagnosticar, evaluar y saber cómo responder ante un derrame de crudo a gran escala y otras amenazas (naturales o humanas), como huracanes, contaminación por plástico y sargazo.

Especie vital

La conservación de las tortugas marinas es un tema fundamental. Por sus características ecológicas, son particularmente útiles como indicadores de la salud de los ecosistemas, insiste el investigador. Son consideradas especies “sombrilla”, pues al ocupar gran variedad de hábitats a lo largo de su vida, los esfuerzos para su conservación tienen implicaciones sobre la biodiversidad en general, y “centinelas” del mar: como son altamente sensibles a las modificaciones de los hábitats que ocupan, los impactos que se detectan en ellas son indicadores de que algo malo está ocurriendo en el océano. Sin embargo, en caso de un derrame de crudo, carecen de la capacidad de detectar y evitar una mancha de petróleo. Cuando ocurrió el derrame de la plataforma “Deepwater Horizon” en 2010 fueron de las especies más afectadas: cientos terminaron empetroladas, con consecuencias que fueron desde dermatitis hasta intoxicaciones o envenenamientos mortales. “Mucho del empuje para el proyecto de CIGoM partió de las repercusiones de ese derrame”.

Complejidad

El equipo de investigadores se planteó como tarea identificar los hábitats críticos de las tortugas marinas, uno de los principales retos para su conservación. Debido a que tienen movimientos de migración de muchos miles de kilómetros, es sumamente complejo su estudio, casi todo lo que se sabe de ellas proviene de los esfuerzos enfocados en las playas de anidación, que representan menos del 1% de su ciclo de vida. Los hábitats críticos son áreas específicas en las que ocurren procesos biológicos, físicos y químicos esenciales para la supervivencia de alguna especie y que por tanto requieren manejo y protección especial. “Son zonas utilizadas para alimentación, depredación, forrajeo, descanso, crianza, reproducción o rutas de migración”. Saber dónde están esas áreas es esencial para el diseño de estrategias integrales de recuperación y conservación de las tortugas marinas, que por ser especies en peligro están protegidas por la ley. “La industria petrolera, por ejemplo, puede, en sus planes de operación, señalar las zonas delicadas que debe cuidar”. Para esa tarea los investigadores se apoyaron en la telemetría satelital: les instalaron transmisores en el caparazón y las siguieron en sus desplazamientos migratorios. Una vez identificados esos ecosistemas, el paso siguiente fue determinar su vulnerabilidad. “No es sólo decir si son o no vulnerables, sino de conocer sus características, medir amenazas y presiones con números, evaluarlos, monitorearlos”.

Esquinas estratégicas

Algunos de esos hotspots están en la Península de Yucatán, indica el Dr. Cuevas. Tres especies que anidan en Tamaulipas y Veracruz —carey, blanca y lora— vienen a buscar alimento a la franja entre Isla Arena, Celestún y Sisal, rica en pastos marinos. Otra zona va desde El Cuyo hasta Isla Contoy, Holbox, Cabo Catoche, donde a la gran cantidad de tortugas de esa tres especies se le suma la caguama, que anida en Quintana Roo. En ambas esquinas de la Península arriban quelonios que vienen de Gran Caimán, Cuba, EE.UU., Colombia, para desarrollarse. Y desde nuestras costas migran hacia Nicaragua, Guatemala, Cuba, Florida, Bahamas, Belice… “La conectividad es intensa”. “Detectar las zonas vulnerables nos permite tener un mejor manejo de nuestros ecosistemas, bajo el entendido de que no se busca satanizar a las industrias petrolera y pesquera, sino de dejar muy claro que ambas actividades deben seguir los mejores criterios y los mejores estándares para que se pueda armonizar —aunque la palabra suene romántica— todo el sistema”. Los investigadores pasaron, incluso en secuencia cronológica, de identificar las zonas altamente sensibles a las vulnerables. “La sensibilidad está en función de las características biológicas del organismo. En vulnerabilidad ya se toman en cuenta las amenazas presentes: si hay o no pesca, si existen cambios en el hábitat, aumento de la temperatura…”. “Es como conocer la situación de la salud de las tortugas en esos sitios. Una zona puede ser altamente sensible, pero si no hay amenazas, las tortugas serán menos vulnerables. En cambio, en un área poco sensible, pero donde hay pesca intensiva, la vulnerabilidad será muy alta ante un derrame porque ‘les llovería sobre mojado’”. La culminación del estudio fue la elaboración del Plan de Atención a Tortugas Marinas ante Contingencias por Derrame de Petróleo. Ahora sí, en caso de un derrame, los investigadores mexicanos ya saben dónde están las zonas sensibles, qué hacer, quiénes deben hacerlo y con qué herramientas. “El documento se enmarca en uno más grande, el Plan Nacional de Atención por Derrames de Hidrocarburos, que es algo así como ‘El Manual’ de instrucciones ante un derrame en gran escala, que era el mayor objetivo del proyecto”. Tras el gran avance en la parte biológica-ecológica —ha sido el proyecto más grande en México en términos de rastreo de tortugas marinas y de identificación de sus hábitats críticos— el paso siguiente es diseñar estrategias para reducir la vulnerabilidad de las tortugas e identificar las características de resiliencia que les permitan, en caso de un derrame, regresar a un estado similar al que tenían antes del impacto. También se empieza a trabajar con comunidades pesqueras para implementar buenas prácticas y con la industria petrolera para que los mismos protocolos establecidos para las tortugas marinas se extiendan a otras especies, como aves, y otros hábitats, como las zonas de islas. Y una de las preocupaciones principales es cómo hacer para que el Plan se convierta en una estrategia viva, para que el libro de regiones y especies vulnerables —presentado hace unas semanas— llegue, en un lenguaje accesible, de una forma ágil y versátil, a los tomadores de decisiones de todos los niveles. “Yucatán tiene la gran oportunidad de demostrar sus capacidades de gestión y el compromiso que implica ser un área estratégica para la recuperación y el mantenimiento de la viabilidad de las tortugas en el largo plazo”, dice. “Nos han sensibilizado en la necesidad de proteger a las tortugas con mensajes que nos piden no consumir su carne ni sus huevos, no usar motos en la playa, no llevar perros, no encender luces… Todo está muy bien, pero si no lo completamos con la responsabilidad en el mar, que no es tan fácil de ver, nos estamos haciendo tontos”.— D.Y. La protección de tortugas marinas es vital. Además de ser carismáticas, son las responsables de la salud del océano y de mantener en equilibrio el ecosistema

CIGoM Colección literaria

El Consorcio de Investigación del Golfo de México está integrado por varias instituciones de excelencia.

Megaproyecto

Hace unas semanas presentó los resultados de un magno proyecto de investigación sin precedente en el país, la colección literaria “Regiones, especies y ecosistemas vulnerables ante derrames de petróleo de gran escala en el Golfo de México”.

Retrato de cuerpo completo

La obra, de tres tomos y un resumen ejecutivo, ofrece por primera vez la evaluación de especies y ecosistemas del Golfo que se verían afectados en un derrame de gran escala. La colección literaria es pública y está disponible en https://escenarios.cigom.org