Mérida, Yucatán. 10 de octubre de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Como parte del Consorcio de Investigación del Golfo de México (CIGoM), el Laboratorio de Percepción Remota y Sistemas de Información Geográfica del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), unidad Mérida, se ha dedicado en los últimos años a estudiar la distribución de las tortugas marinas en el área mexicana del golfo de México, desde Tamaulipas hasta Quintana Roo.
Además de la obtención de información científica de base, los investigadores buscan generar un plan de atención a contingencias por operación petrolera que afecta a tortugas marinas y sus hábitats en el golfo de México, con la colaboración de representantes de instituciones de investigación, asociaciones civiles y el sector público.
Estos esfuerzos forman parte del proyecto Análisis de hábitats críticos de tortugas marinas, inscrito en dos líneas de trabajo del CIGoM: Línea base y monitoreo ambiental y Análisis de escenarios de derrames.
De acuerdo con María de los Ángeles Liceaga Correa, investigadora del Cinvestav Mérida y coordinadora del laboratorio, el subproyecto tiene el objetivo de dar a conocer la distribución espacio-temporal de individuos de tortugas marinas, identificar sus zonas de agregación y sus corredores migratorios, así como generar un conocimiento experto para el desarrollo del plan de atención a contingencias por operación petrolera para estas especies marinas.
Derrames de petróleo, una amenaza latente
A nivel internacional han ocurrido desastres de gran magnitud a causa de derrames de petróleo. El 20 de abril de 2010, la explosión ocurrida en la plataforma petrolera Deepwater Horizon ocasionó el derrame accidental más grande de la historia. Durante los tres meses en que tardó para ser detenida, la fuga liberó alrededor de cinco millones de barriles de crudo en el golfo de México.
Debido a que no se contaba con información sobre las condiciones de esta región previas al desastre, hasta el día de hoy se desconoce con exactitud la magnitud de los daños y efectos del derrame en el ecosistema y, en particular, en las tortugas marinas.
A partir de las ideas compartidas de un grupo de científicos y personal de Petróleos Mexicanos (Pemex) en torno a la falta de información para entender y actuar en caso de posibles derrames de hidrocarburos de gran escala en el golfo de México, en 2015 se fundó el Consorcio de Investigación del Golfo de México, especializado en proyectos multidisciplinarios relacionados a posibles impactos ambientales de la industria del gas y petróleo en los ecosistemas marinos de esta región.
Desde su fundación, el CIGoM ha coordinado el proyecto de gran alcance “Implementación de redes de observaciones oceanográficas (físicas, geoquímicas, ecológicas) para la generación de escenarios ante posibles contingencias relacionadas a la exploración y producción de hidrocarburos en México”, financiado a través del Fondo Conacyt-Sener Hidrocarburos.
Tortugas marinas, especies prioritarias de conservación
De acuerdo con la bióloga Guadalupe Mexicano Cíntora, investigadora del Cinvestav, unidad Mérida, las tortugas marinas fungen como indicadores de salud de ambientes costeros y marinos, y las acciones que se establecen para su protección ayudan a la conservación y entorno de otras especies.
Además, resultan prioritarias para el mantenimiento de ecosistemas marinos debido a que transportan nutrientes y energía entre hábitats, al mismo tiempo que contribuyen al mantenimiento del equilibrio en la biodiversidad de los hábitats.
En cuanto a sus atributos biológicos importantes, son de crecimiento lento, madurez tardía, tienen una tasa de mortalidad elevada durante las primeras etapas de su vida y un ciclo de vida prolongado y caracterizado por sus migraciones, donde ocupan diferentes ambientes terrestres, costeros y marinos, además de distintas regiones geográficas.
“Estas características las hacen que sean especies muy vulnerables porque sus largas migraciones las exponen a afectaciones naturales y antropogénicas que las llevan a condiciones muy particulares de una baja en sus poblaciones”, resaltó.
En el golfo de México habitan cinco de las siete especies de tortugas marinas que existen en el mundo y, debido a su alta sensibilidad, están clasificadas bajo la categoría peligro de extinción por la Norma Oficial Mexicana 059, por lo que se han impulsado diversos programas y actividades de conservación en el país, contexto en que se enmarca el subproyecto Análisis de hábitats críticos de tortugas marinas.
“El hecho de que muchas de las especies que habitan en el mundo se encuentren en México, ha dado la responsabilidad al país de ser pionero en los programas de conservación, tenemos un historial muy amplio de las iniciativas y logros que se han alcanzado con esos programas y de los cuales se han visto resultados positivos en muchas de las especies que están consideradas en riesgos muy elevados”, apuntó Guadalupe Mexicano.
Uno de los más sobresalientes es el Programa de Recuperación y Repoblación de Especies en Riesgo (Proce), que surgió como iniciativa del gobierno federal en 2007, y tiene la función de contribuir a la conservación de especies en riesgo a través de los Programas de Acción para la Conservación de Especies (PACE).
“Uno de estos es el Programa de Conservación de Tortugas Marinas, en el cual están las tortugas carey, blanca, caguama y laúd y, en particular, la lora, con un programa binacional con Estados Unidos, todos enfocados en el monitoreo constante para ver el comportamiento de las especies y sus poblaciones”.
En esas actividades se involucran los tres niveles de gobierno, las organizaciones no gubernamentales, instituciones de educación superior, instituciones de investigación y la sociedad civil, a través de un esquema de coparticipación y corresponsabilidad entre los actores.
“Esta participación, junto con el conocimiento que se genera, da las pautas para apoyar la toma de decisiones de una estrategia integral de conservación para estas especies; esto contribuye en el desarrollo de proyectos que continuamente están aportando información para estos programas de conservación”, resaltó la investigadora.
Hábitats de tortugas marinas en el golfo de México
De las cinco especies de tortugas que habitan en el golfo, en el subproyecto se estudian cuatro: carey (Eretmochelys imbricata), blanca (Chelonia mydas), lora (Lepidochelys kempii) y caguama (Caretta caretta). De acuerdo con María de los Ángeles Liceaga, el proyecto busca conocer sus hábitats desde dos vertientes principales: desde el punto de vista de individuos y desde sus agregaciones.
Desde el enfoque de individuos, se buscó conocer la distribución espacial y temporal de las tortugas, así como su abundancia. Para esto, se realizaron censos con observadores a bordo de cruceros oceanográficos, identificando y registrando los estadios susceptibles.
Durante el trabajo que se ha venido realizado como parte del CIGoM, y en experiencias anteriores, los investigadores del Cinvestav Mérida han corroborado, mediante la colocación de transmisores satelitales a tortugas marinas, el amplio uso que las tortugas dan al golfo de México durante su complejo ciclo de vida.
En este subproyecto se colocaron 90 transmisores satelitales a igual número de individuos de tortugas anidantes, con el propósito de identificar sus sitios de agregación e identificar sus hábitats de alimentación e interanidación, así como sus rutas migratorias. Los transmisores se colocaron a tortugas que anidaban en playas mexicanas del golfo de México, desde Tamaulipas hasta Quintana Roo.
Los hábitats de las crías de tortugas marinas son pelágicos y fueron identificados en imágenes satelitales. En 2015, hubo un incremento significativo de la biomasa de sargazo (Sargassum sp.) en el Caribe, alcanzando niveles de alto impacto para diferentes sectores de Quintana Roo.
Hacia un plan de contingencias para atender tortugas marinas
De acuerdo con Guadalupe Mexicano, uno de los objetivos del subproyecto es el desarrollo de un plan de atención a contingencias por operación petrolera que afecta tortugas marinas y sus hábitats en el golfo de México.
“El objetivo particular de este plan es desarrollar un documento con bases científicas y elementos de criterios jerarquizados y espacialmente explícitos que permitan una planeación estratégica para la atención de tortugas marinas ante una contingencia de hidrocarburos”.
Para la elaboración de dicho documento se realizó un taller con la participación de instituciones públicas, académicas y organizaciones no gubernamentales en el que se dio a conocer cómo se enmarca el mismo en el Plan nacional de contingencias y cómo se inserta en los programas de conservación de tortugas marinas, así como conocer los vacíos y necesidades de información que existen y son necesarios para desarrollarlo.
Para la investigadora, el plan se desarrolla para combatir y controlar los derrames de hidrocarburos y otras sustancias nocivas potencialmente peligrosas en las zonas marinas mexicanas, siendo la Secretaría de Marina la autoridad responsable de coordinar su implementación.
“Este es un documento que contiene los lineamientos de preparación para la atención de derrames y es el marco para establecer los planes regionales y locales de contingencia. Plantea, además, cómo debe ser la organización para llevar a cabo una respuesta de acuerdo con la magnitud del incidente”.
Plan Nacional de Atención a Contingencias
El Plan Nacional de Atención a Contingencias contempla tres niveles principales. El primero se activa cuando ocurre un derrame incidental con impactos bajos y una capacidad de respuesta local, donde se convoca al Organismo de Coordinación Local (OCL) y se activa el plan local de contingencia.
El segundo nivel se presenta cuando el derrame requiere del apoyo de otros estados, para lo que se activa el Organismo de Coordinación Regional y se activa el Plan Regional de Contingencias; mientras que el nivel tres entra en vigor cuando los impactos son de gran alcance y requieren la activación del Plan Nacional, e incluso puede requerirse ayuda a nivel internacional.
Un aspecto importante es el seguimiento del Sistema de Mando de Incidentes, estructura que está conformada por las instalaciones, el equipo, el personal (dependencias federales, estatales y municipales, el sector académico, los organismos paraestatales, el sector privado y las ONG), así como los protocolos, procedimientos y la comunicación. Se compone de cuatro secciones principales: operaciones, planificación, logística y finanzas.
El plan que se desarrolla tiene su principal soporte en la sección de planificación y la sección de operaciones, donde participa un grupo técnico de especialistas técnicos que realiza las operaciones de rescate y rehabilitación.
De acuerdo con Guadalupe Mexicano, se espera que con la información que se genere a partir de los talleres, los grupos de trabajo puedan tener un material de ayuda para implementar el Plan de atención a contingencias para tortugas marinas en el golfo de México y llevar a cabo los pasos requeridos para cumplir el objetivo de protección a las especies y su rescate, manejo, transporte y rehabilitación, de acuerdo con las condiciones dadas.
“Se pretende que el plan de atención que estamos desarrollando tenga una planeación estratégica y que contenga documentación oficial referente a la atención de incidentes, para lo cual estamos consultando protocolos de atención o de seguridad, normatividad para poder manejar los organismos, transportarlos y los análisis de riesgo para poder tomar todas las decisiones que se puedan llevar a cabo en ese momento”.
Tomado de: CONACYT Prensa
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