Con el objetivo de mantenerse a la vanguardia de la oceanografía operacional tanto en México como en el mundo, el Grupo de Monitoreo Oceanográfico con Gliders (GMOG), un equipo multidisciplinario enmarcado en el Consorcio de Investigación del Golfo de México (CIGoM), se dedica desde hace un año a monitorear las principales variables físicas y biogeoquímicas en esa región patrimonial, utilizando cuatro de estos novedosos vehículos autónomos sumergibles y teledirigidos.
La operación de esta flota de gliders, según explicó el Dr. Enric Pallàs Sanz, investigador del CICESE, forma parte del subproyecto “Sistema de observación autónomo de las estructuras de mesoescala y submesoescala del oeste del Golfo de México con planeadores submarinos”, que tiene como objetivo general incorporar tecnologías oceanográficas que permitan el muestreo sistemático, “dirigible” y autónomo de la circulación y del estado biogeoquímico “típico” desde las costas al sur de Tamaulipas hasta la frontera con Texas (incluyendo la región denominada Perdido), en escalas espaciales de pocos kilómetros a decenas de kilómetros, y temporales de días a semanas.
En el caso del megaproyecto que está desarrollando el CIGoM desde hace dos años, lo que se pretende es estructurar una estrategia de muestreo que permita caracterizar remolinos en esa región del golfo, utilizando planeadores submarinos autónomos equipados con sensores que miden variables físicas y biogeoquímicas.
¿Por qué en esta zona? Porque la información que está generando no solamente este grupo, sino todo el CIGoM, debe servir para establecer los planes de contingencia relacionados con las actividades de exploración y explotación de hidrocarburos en el Golfo de México.
Tomado de: TODoS@CICESE
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