Edward M. Peters, Sheila N. Estrada Allis, Eduardo Cuevas y Emma R. Alonzo Marrufo

La atención de problemas ambientales complejos, como es el caso del sargazo, requiere de la participación de expertos en muchas disciplinas científicas, sociales, desarrollo tecnológico e innovación para hacer frente al problema y lograr mitigarlo. La academia por sí sola poco puede hacer para resolver el problema de forma integral, por lo que se vincula con actores esenciales como son el gobierno, la industria y la sociedad para así transitar a la atención completa de la problemática del sargazo. En un contexto de desarrollo sustentable, la salud del ambiente se convierte en la columna vertebral de los esfuerzos para contribuir a nuestro derecho de tener un ambiente sano.

La vinculación tradicional o de triple hélice, con colaboraciones entre la industria privada, la academia y el gobierno, queda corta en sus alcances de bienestar social de nuestras comunidades. Por esto, desde el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) se impulsa la incorporación de la sociedad y el ambiente como elementos activos en la red de actores para la solución de problemas socioambientales, en lo que se conoce como modelo pentahélice. El sector académico coincide con esta visión y busca operar al cobijo de este nuevo paradigma.

Actualmente, el Consorcio de investigación del Golfo de México (CIGoM) junto con otros socios y en colaboración con el Conacyt desarrollan el Sistema de Monitoreo y Alerta Temprana de Sargazo (Sistema), que de forma inicial en 2022 integró a un grupo interinstitucional y multidisciplinario de expertos en detección, pronóstico y ambiente en materia de sargazo, logrando la construcción de prototipo de sistema integral piloto de observación y alerta temprana de arribazones de sargazo para México. La construcción de este prototipo significó un enorme trabajo para convertir estudios, conocimientos, experiencia e infraestructura disociada, fragmentada y desarticulada, en una ciencia integrada y articulada cuyas sinergias dan respuesta a los grandes problemas nacionales como es el caso del sargazo en el Caribe mexicano.

Para 2024 se espera contar con un sistema operacional robusto, eficiente y útil, en el cual se conjuguen diversas capacidades desarrolladas en México que provea información clara y expedita para tomadores de decisiones y para la sociedad en general, atendiendo la problemática del arribo del sargazo en el Caribe mexicano.

El reto es desarrollar un sistema integral con información más precisa y oportuna respecto a las iniciativas existentes, cuyo diseño y operación vincule a la academia con las necesidades del gobierno e iniciativa privada, sin descuidar las necesidades de la sociedad y el ambiente (modelo pentahélice), además que traduzca el conocimiento científico para generar soluciones a problemas nacionales como las arribazones masivas de sargazo, sustentado en la articulación multidisciplinaria e interinstitucional de las capacidades instaladas y los actores de ciencia, tecnología e innovación a nivel regional y nacional. De esta manera se contribuye a la independencia y soberanía tecnológica de México, en favor del beneficio social y el cuidado ambiental; manteniendo una visión de previsión, prevención, precaución y protección para atender este problema que pone en riesgo la sustentabilidad regional y nacional. Además, buscamos construir puentes y conexiones que contribuyan a generar sinergias sociales que den sostenibilidad al sistema, de ahí la importancia de la vinculación y gestión social.

Parte del éxito del sistema será lograr que la tecnología madure a estándares que permitan su comercialización. Desde el marco operacional de la evolución de proyectos de investigación y desarrollo, se cuenta con una guía para evaluar la madurez tecnológica de un desarrollo científico, y que cuenta con un procedimiento estándar desarrollado inicialmente por la NASA. Los niveles de madurez asignados van desde la mera idea del desarrollo hasta incluso su comercialización como producto que cumple distintas normas de calidad. Nuestro sistema para la atención del sargazo se encuentra en el primer tercio de maduración para el que se tiene un sustento científico robusto y publicado, y en el que se trabaja hacia la validación del concepto por cada uno de sus componentes (detección, pronóstico y ambiente), así como de forma integral.

Esta guía del nivel de madurez tecnológica es un referente sistematizado estándar con el cual se busca orientar el avance y documentación de las capacidades del sistema, facilitando así un crecimiento ordenado de este desarrollo tecnológico, basado en pruebas para los distintos criterios.

Para que la iniciativa de sistema de monitoreo y alerta temprana de sargazo sea exitosa se requiere que todos los actores formen parte de un todo, estén claros los objetivos y exista un beneficio de formar parte del sistema o recibir un insumo de éste. Sin embargo, como puede verse en el planteamiento y descripción de los actores, no es claro a quién le toca la responsabilidad del trabajo de vincular y gestionar para que la “pentahélice” gire y los objetivos intersectoriales del sistema se cumplan. Sí sabemos que para lograr esto se requiere que, desde la planeación del proyecto hasta su transferencia o comercialización, intervenga un grupo de gestión de proyectos –considerado en esta iniciativa–, cuya tarea, aparte de la planeación, logística, administración y seguimiento, sea la de aumentar la eficiencia y efectividad de la operación con la estandarización de los procesos y la definición de las mejores prácticas durante el desarrollo, vinculación e implementación del sistema.

Como podrá notar el lector, el sistema que estamos describiendo atiende en estas primeras fases solo una parte del problema, ya que nos ayuda a saber sobre el sargazo dónde está, hacia dónde se desplaza y algunas consideraciones ecológicas de esta especie. Sin embargo, quedan pendientes preguntas sobre cómo se puede remover y qué usos se le pueden dar, preguntas que se abordan en “Retos de las maquinarias y equipos para contener y colectar sargazo” y “Creando una economía circular para mitigar la problemática del sargazo” dentro de este mismo número de La Jornada Ecológica.

Edward M. Peters, CIGoM
Sheila N. Estrada Allis, CICESE
Eduardo Cuevas, Conacyt-Cinvestav/UABC
Emma R. Alonzo Marrufo, CIGoM
Correo-e: edpeters@cigom.org