En una semana han llegado más de 23.000 toneladas del alga a las costas mexicanas. Un grupo de investigadores aboga por la creación de una red de monitoreo para frenar el arribo masivo de este organismo.
Una inmensa marea marrón de algas ha empezado a llegar a las costas del Caribe mexicano. Desde 2011, el sargazo se ha convertido en el invitado incómodo de las playas mexicanas, principalmente en el Estado de Quintana Roo, una de las joyas turísticas de México. Solo en la última semana se ha registrado el arribo de más 23.000 toneladas del organismo y las autoridades prevén un arribo masivo en esta temporada y con ello la necesidad apremiante de limpiar la zona para impedir que su descomposición ocasioné más daños al medio ambiente. A cientos de kilómetros de distancia, unas plataformas marinas instaladas en el golfo de México pueden suponer una solución contra esta invasión orgánica que parece ganar la batalla año con año a turistas y operadores turísticos.
El investigador Juan Carlos Herguera García, del Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada (Cicese) forma parte de los más de 300 expertos que conforman la red del Consorcio de Investigación del Golfo de México (CIGoM), fundado en 2015 por encargo de Pemex, para desarrollar observaciones y conocer los posibles escenarios ante un derrame petrolero en el golfo de México. El experto explica que derivado de la observación oceanográfica han logrado desarrollar un vasto conocimiento que podría aplicarse a otros fenómenos, por ejemplo, en huracanes o con el sargazo. “Queremos tener unas herramientas para poder anticiparnos con una semana, o con unos días, a las arribazones de sargazo, para bien que la Marina o los Ayuntamientos costeros o bien los hoteles puedan poner barreras para minimizar el impacto del sargazo en sus playas”, precisa.
A días de que comience el periodo vacacional por Semana Santa, las autoridades del Estado de Quintana han alertado de que la llegada de sargazo ha sido “excesiva” y ubican que en al menos unas 33 playas detectan presencia del alga en algún grado y particularmente alto particularmente en dos puntos: de Xcalak hasta las inmediaciones de Cancún y al este y sur de la isla de Cozumel.
Frente a este escenario, el doctor Julio Sheinbaum, de Oceanografía Física del Cicese —y también integrante del CIGoM— especifica que el sargazo es transportado por las corrientes marinas, las olas y el viento, por lo que una explicación probable del volumen masivo de sargazo este año podría derivarse de la mayor intensidad de vientos respecto al año previo. “En marzo de 2022 los vientos hacia el oeste fueron más intensos que en marzo 2021. Las diferencias en la intensidad del viento zonal y las corrientes entre 2022 y 2021 sugieren una explicación plausible, mas no una prueba definitiva, de la distribución actual de sargazo”, menciona.
La gigante marea marrón de sargazo de olor fétido que desentona en las fotografías de los turistas supone una preocupación real y latente para los investigadores mexicanos a miles de metros de profundidad. “La amenaza más grande es la posibilidad real de que el sistema arrecifal de toda la región, no aguante la entrada masiva de nutrientes producto de la descomposición del sargazo y que la falta de luz y presencia de compuestos sulfurosos, entre otros, lleve a una eutrofización del sistema dé lugar a la muerte masiva de corales”, señala Sheinbaum.
La propuesta de los investigadores del Cicese es que la red de observación utilizada para estudiar las profundidades del golfo de México ahora sea utilizada para monitorear el sargazo en el Caribe mexicano. “En esos mares tenemos las ventanas de observación para poder entender su dinámica, porque el sargazo no se mueve como una mancha de hidrocarburos, ahora estamos hablando de un organismo vivo, el sargazo es un alga y tiene una dinámica propia y por eso todavía no entendemos muy bien qué es lo que la favorece, qué es lo que la potencia a seguir creciendo o qué es la que la hace desaparecer”, asevera Herguera García.
El investigador adelanta que en estos momentos están en conversaciones con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) sobre el proyecto. La inversión para desarrollar la observación oceanográfica para la degradación de hidrocarburos en el golfo de México implicó unos 1.600 millones de pesos. Herguera García calcula que para poder situar esta misma infraestructura de información al Caribe mexicano para el sargazo se requerirán de 10 a 20 millones de pesos, mientras que la propuesta de un plan de anticipación implicará un presupuesto hasta un 50% mayor, es decir, en un rango de 15 a 30 millones de pesos.
El especialista concluye que el problema de sargazo es un fenómeno internacional que requiere de la voluntad no solo de México, sino también del esfuerzo y la voluntad política de los países del Caribe para encontrar una solución coordinada y conjunta. “Queremos emprender conversaciones con distintas agencias de Gobierno y la industria privada, que tienen necesidades de información sobre el océano y su comportamiento con visión de futuro”, zanja.
Tomado de: El País, México
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