En junio fue tal la llegada de sargazo que éste se pudrió al no poder ser retirado a tiempo de la costa de Playa del Carmen, el corazón comercial de la Riviera Maya.
PLAYA DEL CARMEN, QR. (Proceso).– En los últimos cinco años la estrategia para detener la llegada del sargazo a los principales destinos turísticos de la entidad ha costado a los tres niveles de gobierno más de 577 millones de pesos. Esas erogaciones han sido sólo un paliativo, pues no atienden a fondo los daños ambientales y a la salud humana; para colmo, no siempre se han hecho de manera transparente.
En varias épocas del año la limpieza de las playas es atribuible a las corrientes marinas que cambian de dirección y alejan la macroalga de la costa.
En el Caribe mexicano, el estudio y señalamiento del menoscabo ecológico lo encabeza la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, de Puerto Morelos. Según sus conclusiones, los componentes arrastrados por la macroalga contaminan los ecosistemas marinos y han causado la muerte de fauna marina en años recientes.
La contención del sargazo está a cargo de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar), cuyo monitoreo periódico permite saber cuándo ocurrirán los recales de sargazo en grandes cantidades. No obstante, la prevención sirve de poco, pues, pese a los bloqueos en altamar, el alga penetra hasta las principales playas de interés turístico de la entidad.
Los casos más recientes de recales en altas toneladas han sido en marzo, mayo, junio y ahora en agosto, a pesar del pronóstico del boletín Semar “Estrategia nacional para combatir el fenómeno del sargazo en las costas en el Caribe mexicano”, elaborado por el Instituto Oceanográfico del Golfo y Mar Caribe, de la Semar.
Urge un cambio de estrategia
En junio fue tal la llegada de sargazo que éste se pudrió al no poder ser retirado a tiempo de la costa de Playa del Carmen, el corazón comercial de la Riviera Maya. El hedor que desprendió se percibió a unos 400 metros del litoral y se expandió por las principales calles de la localidad.
Ha llegado el momento de que las autoridades de los tres órdenes de gobierno cambien la estrategia para combatir el fenómeno con el propósito de obtener mejores resultados que justifiquen los cientos de millones de pesos gastados a cargo del erario, sostiene Pablo Alcocer Góngora, presidente del Consejo Coordinador Empresarial de la Riviera Maya.
Y añade: “Se ha detectado ese egreso de recursos para paliar o mitigar el efecto en las costas por el sargazo y por ende afectaciones económicas a los negocios que están establecidos en la zona. Ya sabemos temporalidades, hay veces que hay arribazones muchos más fuertes que otras. Al final las corrientes hacen parte del trabajo; se necesita una estrategia integral y reorientar parte de esa inversión o ese gasto porque ahorita es un gasto necesario, para tener una solución más integral.”
Solidaridad, con cabecera en Playa del Carmen, es el municipio donde más sargazo se ha recolectado en lo que va de 2022. Según la Dirección de Zona Federal Marítimo Terrestre de aquel territorio, hasta la tercera semana de agosto se habían recolectado 29 mil 156 toneladas, la cifra más alta en los últimos tres años.
Las condiciones geográficas de sus playas, con diversas entradas tierra adentro, hacen más fácil el estancamiento del alga varios días. El hedor que se produjo en junio ocasionó una queja generalizada entre hoteleros y restauranteros, quienes veían cómo los turistas optaban por alejarse de la costa, los centros de consumo vacacional.
“Hay que cambiar el enfoque y sobre todo que los tres niveles de gobierno estén en la misma línea con el sector privado, porque también les afecta; menos ocupación, menos recaudación, sobre todo en esta zona”, agrega Alcocer Góngora.
Las principales acciones para combatir el sargazo consisten en la contención en altamar mediante barreras de polímeros, con recolección a través de embarcaciones y el barrido que realiza el personal sobre la playa.
Desde 2018 el gobierno estatal firmó un contrato de 240 millones de pesos con la sociedad mercantil Comercializadora Chaktumen de Quintana Roo para las labores en los municipios de Othón P. Blanco, Solidaridad, Puerto Morelos y Tulum. En el caso de Benito Juárez, donde se encuentra Cancún, el ayuntamiento informó vía solicitudes de transparencia que no asignó recursos económicos debido a la imprevisibilidad del fenómeno, aunque en ese municipio se registró en los primeros días de agosto una afectación severa en playas de la zona hotelera.
Al anterior gasto se suma el que ejerció de manera particular el ayuntamiento de Solidaridad en 2019, 2020 y 2021 por un total de 154 millones 260 mil pesos. Durante ese periodo el gobierno local fue encabezado por la morenista Laura Beristain Navarrete, muy cuestionada por supuestos temas de corrupción.
En este contexto, en 2019 se asignaron a la Semar 80 millones de pesos; en 2020, 84; en 2021 no tuvo recursos, mientras que durante este año lleva reportado un gasto de 18 millones 998 mil pesos, destinados a los municipios de Quintana Roo afectados por el sargazo, según las cifras obtenidas mediante solicitudes de transparencia.
A partir 2022 la Semar es la única instancia con recursos económicos para hacer frente a los trabajos relacionados con la invasión de la macroalga.
Estrategias fallidas
El sargazo siempre ha estado presente en la costa de Quintana Roo, aunque no en las cantidades actuales. En 2015 se registró el primer arribo masivo; las playas quedaron sepultadas, lo que puso en alerta a las autoridades.
Se cavaron hoyos cerca de la costa para enterrarlo –se pensaba que el material se convertiría pronto en arena–, pero las acciones resultaron infructuosas. Luego se intentó reutilizar el sargazo como composta, tampoco resultó.
Tras una pausa entre 2016 y 2018, en 2019 se reactivó la llegada masiva del alga. Ese año, ya en el sexenio de la 4T, la Semar inició las labores de contención en la costa de Quintana Roo. De acuerdo con datos expuestos por la dependencia, en 2019 se recolectaron 84 mil 951 toneladas de macroalgas; en 2020, 17 mil 54; en 2021, 44 mil 913, y en lo que va de 2022, se suman 35 mil 63 toneladas.
“No han visto la protección de playas desde el punto de vista ambiental, sólo se han enfocado en protegerlas desde el punto de vista turístico. Hay ecosistemas muy valiosos que se están viendo afectados por el sargazo y no los están protegiendo”, lamenta Rosa Elisa Rodríguez Martínez, investigadora en la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM.
Desde que el sargazo comenzó a arribar en altas cantidades los pescadores han documentado la muerte de fauna marina, debido a que el alga cuando se atesta en el mar lo deja sin oxígeno. El caso más reciente de mortandad de peces relacionado con el sargazo fue reportado en mayo en Mahahual, localidad ubicada al sur de Quintana Roo y alejada de los grandes destinos del norte del estado. Aunque en el caso de Playa del Carmen y Tulum se ha vuelto común encontrar, entre los montones de alga, tortugas marinas muertas.
Asimismo, los gases que produce el sargazo cuando se descompone afectan la salud humana. Se deja ver principalmente en los trabajadores que limpian las playas, quienes manifiestan síntomas de mareo cuando realizan la labor.
“Ya se sabe que los gases que produce, por el estancamiento, dañan la salud humana, es bastante tóxico… Si vemos los datos desde que esto se inició, pareciera que hay una tendencia al aumento de llegada; claro que hay una variación, pero ésta depende mucho de cómo está la corriente marina, de cómo está el viento, por eso quizá no se ve el aumento, porque baja un poquito, pero si marcamos una línea desde que comenzó, hay una tendencia al aumento”, abunda Rodríguez Martínez.
Existe la hipótesis, agrega, de que el alga provenga de la parte central del océano Atlántico, del denominado Mar de los Sargazos, donde siempre ha estado. Sin embargo, en los últimos años habría habido un aumento debido a una posible descarga de nutrientes procedentes de ríos brasileños y africanos, ocasionada, a su vez, por la actividad humana. El alga se habría multiplicado porque esos nutrientes actuaron como fertilizantes, y terminan llegando al Mar Caribe, donde a su vez recalan en la costa mexicana.
Cuando el sargazo llega a la playa, agrega, trae consigo metales pesados, arsénico, bacterias y otros elementos dañinos para los ecosistemas locales.
“Se ha pedido a las autoridades actuar por todos esos compuestos que trae el sargazo, pero no se ha hecho nada realmente, salvo que se está llevando al sitio de residuos sólidos, lo demás son tiraderos clandestinos… Solución para evitar su llegada, creo que no hay, porque tendrían que resolver primero todo lo relacionado con el cambio climático, cumplir con los Acuerdos de París, pasar a combustibles no fósiles, y no sólo en México, sino en todo el mundo. Esto es un problema mundial, tener un mejor manejo de aguas residuales en el Atlántico es una tarea de largo plazo. Realmente lo que se hace son medidas de mitigación para buscar las formas más eficientes de bloquear el sargazo”, añade la investigadora.
Admite que no hay legislación para tratar el problema ambiental con base en una normatividad. Actualmente ni el gobierno federal ni el estatal ni el municipal disponen de lugares adecuados para la disposición final del sargazo recolectado en la playa.
Opacidad y desacuerdos
La discusión por el enfoque de los recursos económicos y las estrategias que deben utilizarse para su optimización es cotidiana entre los gobiernos locales y los empresarios de Quintana Roo.
La controversia más reciente surgió en el municipio de Tulum, donde hasta julio se habían recolectado mil 714 toneladas de sargazo. Ahí, la Asociación de Hoteles presentó una demanda de amparo, luego de que el municipio se negara a informar sobre el destino del recurso económico proveniente del cobro del Derecho de Saneamiento Ambiental, que consiste en un pago aproximado de 28 pesos por noche de alquiler de habitación.
Los hoteleros buscan que la autoridad local destine fondos para la contención del arribo de la macroalga y la constitución de un fideicomiso para la vigilancia del dinero captado.
“Estamos solicitando la creación de un fideicomiso que vigile el recurso del saneamiento ambiental; tengamos en cuenta que es un derecho nuevo en Tulum, entró en vigor en enero de 2021… hay que tener en contexto que el sargazo lleva un gasto extraordinario, siendo los hoteleros quienes recogemos más de 90% del que llega a nuestras playas, y mientras solventamos un gasto extraordinario por el cobro de este derecho, no tenemos claro qué está haciendo el municipio para el gasto del sargazo ”, explica David Ortiz Mena, presidente de la Asociación de Hoteles de Tulum.
El pago de este derecho entró en vigor el 1 de enero de 2021. Hasta la fecha se han recaudado 2 millones 143 mil 994 pesos por ese concepto. En respuesta a la demanda de amparo ingresada en un juzgado federal de Cancún, Marciano Dzul Caamal, presidente municipal morenista de Tulum, dijo que no constituirán un fideicomiso y reiteró que la limpieza de los frentes costeros de los hoteles afectados con el sargazo es responsabilidad de los mismos concesionarios.
“Yo voy a trabajar con los ciudadanos, no con una persona, no con una asociación que nada tiene que ver con el municipio. Las reglas que haga una asociación nada tienen que ver, porque es una organización totalmente fuera”, respondió Dzul Caamal al presidente de los hoteleros.
Tanto Playa del Carmen como Tulum forman parte del corredor hotelero Riviera Maya, la zona más afectada por el sargazo con un impacto turístico. De acuerdo con el Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo, en esa franja costera de unos 87 kilómetros de longitud se concentran 52 mil 418 cuartos de hospedaje.
Alejandro Bravo Quezada, oceanólogo y coordinador de la empresa Ocean Solutions México, expone que el modelo de contención del sargazo con barreras en ciertos tramos de playa de apenas un par de kilómetros de extensión ya es insuficiente para detener su llegada.
El experto propone un proyecto de bloqueo y desvío que busca que la macroalga sea detenida justo en la entrada sur del canal de Cozumel, es decir, en mar abierto, entre la punta sur de dicha isla y Punta Allen, en la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an, con lo que se evitaría el arribo de la materia a gran escala en los destinos turísticos del norte de Quintana Roo.
Para ello propone instalar una serie de barreras de hasta cinco kilómetros de longitud que podrían ubicarse en el mar a unos 125 kilómetros al sur de Cancún y a 75 kilómetros de Playa del Carmen. Este modelo permite navegar a grandes embarcaciones que transitan por el lugar, pues la ruta no se cerraría completamente.
“Se piensa en mar abierto, en aguas abiertas, porque ya que el sargazo llega a la costa las afectaciones se multiplican de manera exponencial, y eso puede evitarse con barreras en mar abierto. Es factible y se tiene que hacer el experimento”, menciona Bravo Quezada.
Pero hacerlo requiere de una inversión de unos 4 millones de pesos por kilómetro de barrera en altamar. El entrevistado dice que con ello se dejaría de depender de otros recursos que son empleados en la costa con precios aún mayores. Sin embargo, este proyecto deja fuera a las playas del sur de Quintana Roo, de manera particular las de Mahahual, otro de los sitios con alto impacto en los últimos años.
Desde que la macroalga comenzó a arribar en altas cantidades, diversas personas han sumado propuestas para su aprovechamiento como una oportunidad de negocio mediante la creación de tabiques, jabones, pasteles, cartón y macetas, entre otras iniciativas.
Durante la temporada de recale 2022, la empresa Dianco México firmó un convenio a título gratuito con los municipios de Solidaridad, Puerto Morelos y Benito Juárez para que el sargazo recolectado sea procesado por ellos, con la intención de producir fertilizante líquido y sólido.
“Para que todo el sargazo no sea trasladado a los supuestos sitios de disposición; hay capacidad para recibir y procesar diariamente hasta 600 toneladas de sargazo de cualquier municipio, pero cada día llegaremos a nuestra máxima capacidad de hasta 600 toneladas para producir fertilizante orgánico”, expresa Héctor Romero Morales, director general de Dianco México.
El proyecto cuenta con una planta procesadora ubicada entre Cancún y Puerto Morelos. El proceso, explica el entrevistado, consta de 11 etapas desde la recepción del sargazo, la recuperación de hasta 95% de la arena de mar que trae consigo el alga, la eliminación de metales pesados con otros elementos dañinos como el arsénico y hasta la disposición final del producto para ser utilizado como fertilizante. El proyecto fue lanzado durante julio y espera ofrecer resultados inmediatos.
Tomado de: Proceso
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