Fotografía cedida hoy por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) de México que muestra al investigador Daniel Cerqueda tras una entrevista con Efe, en Ciudad de México (México). EFE/SOLO USO EDITORIAL
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Mediante el uso de bacterias, científicos mexicanos han restaurado ecosistemas acuáticos dañados por derrames de petróleo, informó hoy el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) de México.

Uno de los investigadores, Daniel Cerqueda, contó a Efe que se trata de un método de biorremediación mediante «el uso de organismos vivos para tratar un tipo de contaminante».

La intención es encontrar qué microorganismos o bacterias sobreviven al petróleo y pueden limpiar el agua, pues «el petróleo es tóxico para los organismos multicelulares como las plantas y los peces, pero para las bacterias no, pues se lo pueden comer».

«De hecho, la mayoría de ellas son benéficas», puntualizó.

La investigación se compone de varias etapas: la descripción de microorganismos o bacterias que están en la zona, la catalogación de las mismas y el traslado mediante muestras al laboratorio.

Por último, los expertos prueban la eficiencia y capacidad de las bacterias para degradar los hidrocarburos.

Si bien cuando el petróleo impacta en un ecosistema la propia naturaleza se vuelve a equilibrar, la intención, según Cerqueda, es hacerlo de una forma más consciente y sistemática para «explotar esas capacidades de los organismos».

Este proyecto nace después de que en 2010 se derramaran de la plataforma Deepwater Horizon cerca de 800.000 toneladas de crudo en el Golfo de México.

«De ahí surgió el interés de enfrentar esa problemática, porque en realidad para esa situación se usaron compuestos químicos a fin que disolver el petróleo, y eso puede ser tóxico», comentó.

Cerqueda llamó también a tomar conciencia de que el crecimiento de la población impacta en los ambientes como consecuencia de la «urbanización descontrolada».

«En otros lados tienen sus lagos no contaminados porque tienen un buen manejo de residuos, pero en México no pasa eso», comentó, agregando que por ello recomienda hacer más estudios para saber cómo responder ante la problemática.

Actualmente, el equipo del que forma parte Cerqueda es de aproximadamente 15 personas que trabajan en el laboratorio de Patología Acuática del Departamento de Recursos del Mar del Cinvestav, que a su vez pertenece al Consorcio de Investigación del Golfo de México (CIGoM).

Este tema es de reciente exploración en el país, sobre todo porque a diferencia de otros como Arabia Saudí, el petróleo en México es «pesado» y, por lo tanto, más difícil de degradar.

Se espera que el proyecto se concluya en 2020, y el especialista apuntó que «con las refinerías este problema va a estar en auge», en referencia al proyecto de construir una nueva refinería por parte del presidente del país, Andrés Manuel López Obrador.

Asimismo, agregó que «lo que falta es hacer restauración de verdad porque lo que se hacen son pruebas».

Para concluir, consideró necesario mejorar los conocimientos en el laboratorio para así lograr en algún momento reconstruir las interacciones que había en determinados ambientes.

No obstante, matizó que cabe tener en cuenta que «el efecto humano siempre va a estar, no puedes hacer que regrese al punto inicial, pues el humano también es parte del ecosistema».

Tomado de: The San Diego Union-Tribune